Cada vez cuidamos más nuestra salud y concretamente nuestra piel. Esto es especialmente sencillo en estos tiempos gracias a Internet, donde podemos consultar consejos para hacerlo correctamente. Además, muchos de los productos que necesitamos están disponibles online.
Pero, ¿cuidamos adecuadamente nuestra piel a la hora de tomar el sol? Veamos los consejos que dan algunos expertos en relación a este tema.
Cuánto y cuándo tomar el sol
Cuando vamos a la playa, tenemos que intentar no pasar más de media hora seguida tomando el sol de forma directa, sino que deberíamos de buscar la sombra. Y existen horas mejores para exponerse a la luz solar, que son las primeras de la mañana o las últimas de la tarde, cuando los rayos inciden de manera indirecta. Hay un truco para saber cuáles son las mejores horas para tomar el sol, que es saber que estas horas son cuando nuestra sombra es mayor que nosotros mismos.
Por otro lado, es fundamental no estar expuesto al sol entre las 12 y las 16 horas, ya que es cuando los rayos del sol inciden sobre la Tierra directamente. Y es que si bien es cierto que el Sol aporta muchos beneficios, también hay que limitar el tiempo de exposición si se quiere ahorrar complicaciones.
También es importante utilizar un protector solar que haya sido testado dermatológicamente, con evidencias científicas y un factor de protección alto (SPF 30 o 50) o muy alto (SPF50+). Es clave también que tenga una textura que apetezca ponerse, y reaplicarlo cada 2 horas.
Cuidado con los pequeños de la casa
Con respecto a los más pequeños, ellos no son conscientes del peligro que supone el sol, por lo que es especialmente importante protegerles. Hay que tener en cuenta que la piel de los niños es delicada, y con el sol puede sufrir más que la piel de los adultos, ya que tiene menos capacidad para producir melanina. Se deben utilizar fotoprotectores formulados especialmente para ellos, puesto que tienen una concentración de filtros distinta.
Por otro lado, hay que saber que no todos los fotoprotectores sirven para todo el mundo, por lo que hay que tener presente cada necesidad, fototipo y tipo de piel. También es importante elegir la textura adecuada para cada zona del cuerpo.
¿Nos damos todo el protector solar que necesitamos?
Según diversos estudios científicos, solo se suele utilizar una cuarta parte de la cantidad que se necesita para que la eficacia del protector quede garantizada. Por ello es importante aplicárselo de forma generosa y uniforme, media hora antes de tomar el sol y reaplicárselo cada 2 horas. También hay que volver a dárselo después del baño o el sudor, o secarse con la toalla. No deben dejarse pasar los días nublados, porque las nubes dejan pasar hasta un 80% de la radiación solar.
La protección solar debe continuar una vez que se sale de la playa o de la piscina, ya que al volver a casa la piel se encuentra deteriorada. Lo mejor es ducharse sin jabones fuertes, y aplicarse un producto post solar para hidratar, nutrir, aliviar y refrescar la piel. Finalmente, en verano hay que prestar atención a manchas o lunares en la piel, ya que en verano pueden cambiar de tamaño y número, por lo que hay que prestarles atención.