Imagina que vas caminando por las arenas de Egipto, hace un sol infernal pero no importa porque acabas de cumplir tu sueño de ver las pirámides, después de que te hayan enseñado los secretos de la momificación. La guía que te acompaña te mete prisa, es Cleopatra, que quiere contarte más historias sobre su lucha junto a Julio Cesar y su ascenso al trono. Todo esto puedes vivirlo desde el propio salón de tu casa a través de Assassin’s Creed Origins, la última entrega de la famosa saga de videojuegos de Ubisoft que en esta ocasión lleva su labor educativa a un nuevo nivel jugable.

Assassin’s Creed es una saga de videojuegos que, desde el lanzamiento de su primer título en noviembre de 2007, se ha caracterizado por la fidelidad con la que se reproduce la época en que se basa cada entrega. No solamente permite vivir acontecimientos históricos en sus juegos sino que éstos incluyen una base de datos donde puede obtenerse información de los lugares que se recorren y sus personajes más relevantes. Para completar dicha fuente de información simplemente hay que avanzar en la trama de la aventura e ir recorriendo el basto mundo que Ubisoft diseña para cada ocasión.

Recorriendo el Antiguo Egipto

Assassin’s Creed Origins no iba a ser menos. Después de un año de parón, el 27 de octubre sale a la venta esta última entrega cuyo contexto histórico es el Antiguo Egipto. En esta ocasión, el jugador tomará el control de un Medjay, un explorador y protector del faraón y de Egipto, en la época de Ptolomeo XIII y las disputas con Cleopatra –cuya voz en la versión en castellano es la actriz Clara Lago– y el enfrentamiento con el Imperio Romano bajo las órdenes de Julio César.

Con esta entrega Ubisoft ha querido ir un paso más allá en su forma de mostrar la historia y ha anunciado el lanzamiento del Discovery Tour para 2018 en forma de actualización gratuita. Este modo de juego consiste en una serie de rutas interactivas donde los protagonistas del juego serán los guías y permitirá conocer en profundidad aspectos de la época, como la construcción de las grandes pirámides, la momificación o la vida de Cleopatra.

Estos recorridos interactivos han sido desarrollados con las indicaciones de historiadores y egiptólogos siendo el resultado de años de recreación de la época en formato de videojuego de tal forma que el jugador pueda vivir en primera persona la historia del Antiguo Egipto. Jean Guesdon, director creativo de Assassin’s Creed Origins, definía para el blog oficial de Ubisoft esta plataforma como «otra manera de disfrutar de la belleza del mundo que hemos recreado. Es un modo más educativo, por lo que está claramente centrado en la educación y en traer a la gente hechos reales, más conocimiento académico». Discovery Tour, al estar separado del juego principal, permite recorrer los escenarios sin amenazas de ningún tipo. De momento se ha confirmado la presencia de la Meseta de Giza, el Mar de Arena, Memphis y Alejandría, enclaves en los que el jugador podrá dedicar todo el tiempo que desee y explorar siguiendo su propio ritmo.

Vive el pasado. El poder vivir la Tercera Cruzada, el Renacimiento Italiano, la Guerra de la Independencia Americana, la Revolución Francesa y la Revolución Industrial a lo largo de estos diez años de saga es el último paso de un desarrollo que implica la participación de cientos de personas durante varios años por cada juego. Un proceso que no comienza delante de un ordenador sino pasando largas horas investigando y buscando documentación histórica, mapas de la época, cuadros e incluso viajando al lugar que luego se quiere reproducir.

El factor que hace al jugador sentirse verdaderamente parte del contexto histórico es la arquitectura de los escenarios. Al margen de los edificios más representativos de las urbes como el Coliseo en Roma o la Catedral de Notre Dame en París, la cual llevó a los desarrolladores un año entero de trabajo, destaca la fidelidad con la que se recrean las ciudades. Por ejemplo, Assassin’s Creed Unity mostró la capital francesa a una escala prácticamente real mientras que la ciudad de Nueva York, en el contexto de la Guerra de la Independencia Americana, tras una minuciosa labor de documentación, mostraba en el videojuego Assassin’s Creed III los edificios que se vieron afectados por el gran incendio de 1776.

Las ciudades no son solamente sus edificios, también lo son sus habitantes. Las calles están llenas de vida con unos personajes que, aunque son inteligencia artificial, tienen su propia personalidad y reaccionan ante los estímulos. La Revolución Francesa en Unity supuso tener que concentrar en un mismo plano a miles de personajes de la misma forma que la citada guerra entre Estados Unidos y Gran Bretaña hizo lo propio mientras representaban fielmente los estilos de lucha de la época, no solamente en el campo de batalla sino en la lucha cuerpo a cuerpo con estudios previos del efecto de ciertas armas de la época como bayonetas y la munición empleada sobre la anatomía humana.

La política, por otro lado, siempre ha estado presente, sobre todo en los últimos títulos de la saga, ofreciendo al jugador a vivir las intrigas y conspiraciones de los Medicci y los Borgia, trabajar en favor de la Reina Victoria de Inglaterra, luchar para George Washington, vivir el ascenso de Napoleón e incluso navegar junto a Barbanegra mientras construía su utopía pirata. Desde una perspectiva social, la saga Assassin’s Creed muestra en todas sus entregas un retrato de la división de clases encabezada por el clero y la nobleza en contraposición del estado llano así como de colectivos propios de cada época como artesanos o comerciantes. Es en los últimos juegos donde se ve claramente la intención de Ubisoft de mostrar el contraste entre los sectores privilegiados y la pobreza más cruda. El jugador puede pasar en Assassin’s Creed Syndicate de moverse por el Palacio Real y codearse con las figuras más importantes del Imperio Británico a ver los efectos más negativos de la Revolución Industrial con la explotación de niños en las fábricas, las enfermedades y el hambre en Whitechapel.

La documentación también se extiende hacia una perspectiva lingüística. Assassin’s Creed III tuvo como protagonista a Connor –mitad británico, mitad nativo americano– y para crearlo Ubisoft llegó a tener como consultores a los descendientes de la tribu Mohawk para aprender sus costumbres y posteriormente trasladarlas al juego así como su idioma. Cada vez que el personaje estaba con otros miembros de su clan hablaban ese lenguaje real.

El Proyecto Hieroglyphics

¿Y respecto al futuro de Assassin’s Creed? Por lo pronto Ubisoft, en estrecha colaboración con Google, pondrá en marcha el Proyecto Hieroglyphics Initiative. El usuario dejará de ser un consumidor pasivo de información para involucrarse de lleno en la investigación y la labor de enseñanza. La idea es que cada uno pueda, a través de un software libre, traducir jeroglíficos y hacer accesible su conocimiento al resto de la sociedad. De esta forma se busca, en este proyecto colaborativo, crear el traductor de jeroglíficos definitivo.

Al jugador le podrá gustar más o menos la saga pero hay que reconocerle un éxito a Ubisoft y no precisamente por la cantidad de millones de unidades vendidas con cada entrega. El triunfo no es otro que el hecho de haber conseguido con Assassin’s Creed captar el interés de la comunidad gamer por la historia y divertirse mientras aprende. Al fin y al cabo, esa es la finalidad de todo videojuego: desarrollar nuevas habilidades y disfrutar del tiempo de ocio. Las herramientas para conseguirlo son muchas y como dice el lema de los Asesinos «todo está permitido».