El año jubilar de Écija, en honor a su patrón, San Pablo, se clausuró anoche para despedir uno de los escaparates turísticos más destacados de la ciudad en el último año. Se trata de una efeméride que conmemoraba los 2.000 años del nacimiento de San Pablo y que empezó a celebrarse el 29 de junio de 2008.
El carácter religioso del Año Paulino sirvió para diseñar una oferta turística paralela. La clausura consistió en una misa solemne en el paseo de San Pablo, junto al río Genil, oficiado por todos los párrocos de la ciudad, seguido de la presentación oficial de la restauración del triunfo de San Pablo.
De igual modo, las campanas de las iglesias de la ciudad tocaron anoche a rebato para celebrar el final de la celebración, en la que participaron cerca de 30.000 peregrinos, según datos del Ayuntamiento de Écija.
