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A contrarreloj y pendientes del sol

En la playa onubense de Matalascañas, una de las más afectadas por el temporal y en las primeras donde han empezado los trabajos, se afanan por reparar los daños conscientes de que será el clima el que determine si en Semana Santa habrá lleno.

el 20 mar 2010 / 22:02 h.

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Las excavadoras retiran los escombros del paseo marítimo para reconstruirlo mientras en los chiringuitos el trabajo es frenético.
Manuel Calzado, sevillano, tiene desde hace diez años un apartamento en Matalascañas. Se ha acercado para ver los daños del temporal y cómo van los trabajos de reparación. Nunca había visto estos destrozos pero en principio, pasará allí unos días en Semana Santa porque a su zona "no le ha afectado, esperemos que pare la cosa". Mari Luz Permuy también ha ido desde Sevilla a comprobar in situ el estado de la playa onubense, que ve "muy destrozada, aunque están trabajando mucho". También irá en Semana Santa "si hace bueno".

 

El buen tiempo. Hoteleros y propietarios de chiringuitos saben que ahí está la clave de que se salve la campaña porque Matalascañas tiene 4,5 kilómetros de playa y el temporal sólo ha destrozado 250 metros de paseo marítimo en la zona del Coto y menos de cien frente al Flamero.

Los trabajos de reparación comenzaron la semana pasada "en cuanto dejó de llover", explica la concejal de Playas de Almonte, Melanie Romero. No es la única playa onubense afectada, pues también hay daños en La Antilla y Mazagón, pero sí fue la primera en sufrirlos y el Gobierno ha dado prioridad a su restauración liberando dos millones de euros para un plan de urgencia. En total invertirá 120 para reparar el litoral andaluz.

"La gente tiene ganas de sol", asegura Romero, y los hoteles tienen reservas para una ocupación del 85%. "La gente llama y pregunta pero no está cancelando", afirma el director del hotel Carabela y vicepresidente de la asociación de hoteleros de Matalascañas y Huelva, Alejandro Berdejo.

Chiringuitos desde cero. Propietarios de chiringuitos como Pedro López, de La Cabaña, se afanan en tener listos sus locales, esos sí, totalmente arrasados -un chiringuito de Matalascañas llegó a aparecer en Sanlúcar-. "El primer fin de semana que salió el sol, esto estaba lleno. Quiero abrir antes de Semana Santa porque llevamos tres meses perdidos y la reparación me va a costar 40 millones de las antiguas pesetas", cuenta Pedro mientras coordina los trabajos que "sin cobrar" están haciendo sus camareros y cocineros.

Los 23 chiringuitos de Matalascañas han sido los más afectados y la actividad es frenética. Pedro cerró como cada noche La Cabaña, apagó las luces y puso la alarma. Cuando llegó al día siguiente no quedaba nada, relata mientras señala algunos restos de las antiguas vigas de madera y las palmeras arrancadas alrededor. Fue en el primer golpe fuerte del temporal, en Navidad, que también arrasó el local de Rocío. "Llegué una mañana y sólo se veía arena. En el 96 un golpe me tiró parte pero no tanto como esta vez", relata confiada en poder abrir en Semana Santa. La mayoría tiene seguros privados aunque dudan que les cubra todo. Ven difícil que les lleguen ayudas públicas dada la ambigüedad jurídica en la que se mueven con la Ley de Costas.

Sólo un chalé en primera línea de playa ha sufrido destrozos y ya ha solicitado ayudas a través de la Subdelegación del Gobierno y ningún hotel se ha visto afectado por daños físicos. Otra cosa es la mala publicidad. "La arena va a volver en un mes, por las propias corrientes, y los destrozos se van a arreglar, pero el daño en la imagen ¿quién te lo quita?, y aquí no hay otra cosa", alerta Berdejo. El núcleo poblacional tiene 3.300 habitantes en invierno y 300.000 en verano. Con 3.500 plazas hoteleras, 1.500 familias viven directamente del turismo y 7.500 personas dependen indirectamente de él.

En Matalascañas nadie recuerda un temporal como éste desde hace 30 años y aunque reconocen que la fuerza de la naturaleza es imprevisible, también apuntan que los destrozos hubieran sido menores con algunas medidas. Berdejo destaca la necesidad de regenerar los espigones que se hicieron entonces y que se han ido hundiendo, frente a las reticencias de Costas que cree que podría afectar al aporte de arena a Doñana. Y el jefe de obra que dirige la reparación del paseo marítimo, Francisco Javier Algaida, reconoce la debilidad de la estructura con un relleno sólo de arena que se ha ido hundiendo hasta que el hormigón se ha roto sin su soporte. Los tramos destrozados se sostendrán ahora sobre una escollera (relleno de grandes piedras) separada de la arena por una capa de material impermeable.

Semana santa en obras. Algaida deja claro que el plazo de ejecución de los trabajos es de tres meses y medio, por lo que en Semana Santa habrá excavadoras en una zona y el paseo marítimo no estará terminado aunque sí los accesos a la playa y a los chiringuitos. A final de marzo se prevé marea alta fuerte, por lo que quizás el aporte de arena extra se realice después para que no se la vuelva a llevar. Pero Ayuntamiento y empresarios recuerdan que hay mucho espacio de playa en perfectas condiciones y que si algo caracteriza la oferta turística de Matalascañas es su diversidad, con el entorno natural de Doñana, los lugares colombinos y las procesiones de Sevilla a un paso. Se trabaja a contrarreloj para tenerlo todo a punto con la vista puesta en el cielo, conscientes que un rayo de sol vale más que cualquier campaña y contrarrestará la mala imagen.

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