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A Ponce de León le buscan las vueltas

Trabajadores y vecinos de Ponce de León lo tienen claro: aparcar es una odisea y si la plaza la convierten en una terminal de Tussam será una "tragedia". Tendrán que decir adiós al coche o esperar el premio gordo de la lotería para alquilar un garaje. Algunos se levantan dos horas antes para, al final, dejarle la llave al vovi, otros acumulan multas, otros terminan en Santa Justa...

el 16 sep 2009 / 03:46 h.

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Trabajadores y vecinos de Ponce de León lo tienen claro: aparcar es una odisea y si la plaza la convierten en una terminal de Tussam será una "tragedia". Tendrán que decir adiós al coche o esperar el premio gordo de la lotería para alquilar un garaje. Algunos se levantan dos horas antes para, al final, dejarle la llave al vovi, otros acumulan multas, otros terminan en Santa Justa...

El aparcamiento de Ponce de León, con los días contados por el corte del tráfico en la Encarnación -las obras empezarán el próximo lunes en una calle aledaña a Imagen-, tiene vida propia. A primera hora de la mañana llegan los trabajadores de la zona, se ponen en cola y esperan a que los vecinos saquen sus vehículos para irse a trabajar. "Siempre somos los mismos. A veces hay que esperar una hora para, al final, dejarle la llave al vovi", comenta José Luis Begines, harto ya de que el puesto de trabajo esté en el Centro. "Tardo media hora en el trayecto desde Los Palacios y más de una hora en aparcar. Es increíble", lamenta. ¿Y cuándo desaparezca este centenar de plazas? "Entonces -reflexiona- intentaré aparcar en el Prado y venir en bici, aunque va a ser complicado llevar las herramientas y la talega".

No hay solución. Por eso Mercedes Pérez, que vive en la calle Génova, asegura que cuando cierren la plaza no contará con el coche. "Entre el dinero de los vovis, las multas y la gasolina es una ruina", asegura. Ella lo tiene claro, da vueltas y a la media hora lo deja "donde sea". Y ya tiene sus trucos: o encima de la acera de la estación de Sevici o en una esquina. En las horas de trabajo afirma que es imposible encontrar hueco, y sólo lo consigue cuando se va alguien que vino a pagar el agua a la vecina Emasesa.

La opción de los vecinos es dejar el coche por el entorno de la Encarnación, la Puerta Osario o Amador de los Ríos? y dar un paseo. "En vísperas de Navidad, en rebajas y en Semana Santa ya ni te cuento. Aparcamiento cero". Es lo que denuncia Luisa Serrano, vecina de Ponce de León. Su experiencia lo dice todo. Hace algunos años, la terminal de Tussam ya se trasladó a esta plaza junto a Santa Catalina y ¿cuál fue el resultado? "Me tuve que alquilar un garaje. Pago 130 euros al mes en Escuelas Pías". Eso sí, su sobrino, que vive con ella, no tiene tanta suerte. Tarda entre tres cuartos y una hora en estacionar. Desesperante. Luisa ha llegado a dejar el coche en Santa Justa.

Y mientras, los subterráneos están llenos. En Escuelas Pías hay 538 plazas, 150 para residentes y, el resto, en rotación. Y la rotación es continua. Entre las 12.30 y las 13.00 horas se llena casi todos los días, al igual que entre las 17.00 y las 20.00 horas. Uno de sus empleados, José Luis Ruiz, explica que cuando Tussam dejó sin aparcamiento Ponce de León los vecinos se peleaban por alquilar una plaza. "Si ahora se repite la historia, haremos más negocio, pero con poco margen, porque ya estamos hasta arriba", se atreve a aventurar. "Y otro que hace negocio -añade no sin ironía- es la grúa". María del Valle González es otra de las que dejan el coche mal aparcado, eso sí, a la vista desde la tienda donde trabaja. Cuando llega la Policía, admite, se inventa excusas: que si tiene una rueda desinflada, que si está desayunando? "No hay otra solución. Yo no puedo venir en bici desde Alcalá con un niño", lamenta tras denunciar que tiene el mismo derecho que el alcalde a dejar su coche en la puerta de su trabajo. "¿No lo hace él en el Ayuntamiento?".

El aparcamiento subterráneo Imagen, en Sor Ángela de la Cruz, tiene 160 plazas y entre 30 y 40 son para residentes (que pagan 116 euros al mes). El minuto vale 0,05 céntimos de euro, la hora "justa" 1,50 y el día completo, 18. A final de la mañana y a la mitad de la tarde cuelga el cartel de completo. Los padres del colegio San Francisco de Paula tienen mucha culpa. El ir y venir de coches no cesa. Eso sí, sus responsables temen que el proyecto municipal para cortar el tráfico de la Encarnación les perjudique.

Mariví Salmerón, que compagina el trabajo en el parking con el diseño de moda flamenca, es tajante: "El Ayuntamiento siempre perjudica. En Navidad, la Policía regula el acceso y muchas veces prohíbe el paso diciendo que el aparcamiento está completo. Pero es mentira. A mí me ha pasado cuando venía a trabajar". De todas formas, los planes del Consistorio son aún una incógnita para los vecinos, los comerciantes y los subterráneos, que demandan información inmediata.

un mal para santa catalina. Sólo la idea de trasladar la terminal de Tussam a Ponce de León levanta ampollas. Para el arquitecto del proyecto de recuperación de Santa Catalina, Francisco Granero, sería una "equivocación". A su juicio, la plaza y su arbolado se deben ordenar para "resaltar la iglesia como patrimonio que es". Justo "lo contrario" de una terminal de autobuses. "Puede ser horroroso para la imagen del templo y para la piedra. ¿No quitaron los coches de la Avenida de la Constitución para evitar que la polución dañara más a la Catedral?", se pregunta el arquitecto, que apuesta por ordenar los autobuses en otra plaza más alejada del templo.

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