La multinacional sevillana Abengoa, líder mundial en energías renovables, quiere abrir una planta de biocombustibles a partir de residuos sólidos urbanos en Sevilla, en concreto, en la Dársena del Cuarto, junto a unos depósitos de graneles líquidos en el Puerto, según fuentes conocedoras del proyecto. El anuncio lo realizó ayer el consejero delegado de la compañía, Manuel Sánchez Ortega, durante un desayuno informativo en la capital hispalense organizado por Fórum Europa, en el que indicó que su puesta en marcha supondría que la provincia fuese la capital de producción de biocombustible de segunda generación. En cualquier caso, echó el balón al tejado de las administraciones públicas, que serían las que tendrían que dar luz verde a una iniciativa de estas características en terrenos de la capital hispalense.
De hecho, el futuro del proyecto queda a expensas de algunos movimientos ineludibles que tendría que abordar el Ayuntamiento de Sevilla para dar vía libre a la instalación. Se trata de unos pasos que probablemente acabe dando el Consistorio, que fue el que (a petición de la propia empresa) mostró a la compañía hispalense dónde podría ubicar la planta de biocombustibles. Además, y según estas mismas fuentes, la instalación cuenta con el beneplácito del Puerto de Sevilla.
Respecto a las trabas burocráticas que tiene que resolver el Ayuntamiento, la fundamental es que la administración local es la responsable de la recogida de este tipo de residuos y pertenece a la Mancomunidad de Los Alcores, de la que tendría que desvincularse. Una vez hecho esto, debería abrir un concurso público para la gestión de los residuos sólidos urbanos de la ciudad, a la que podrían acudir otras empresas además de Abengoa.
Una de las razones por las que el Ayuntamiento de Sevilla podría hacer ese movimiento es que el compost un abono con alto contenido de nutrientes que se obtiene mediante la descomposición de los residuos orgánicos no se podrán elaborar ya con este tipo de residuos por normativa, por lo que se tendrán que gestionar de otro modo y la propuesta por Abengoa puede ser una salida al problema.
La apuesta de la multinacional por esta manera de obtener combustible es clara, ya que cuenta con una planta experimental en la provincia de Salamanca donde está ensayando la tecnología. En este contexto, el Ayuntamiento hispalense está a la espera de que se den las garantías suficientes, una vez que se patente el desarrollo, para hacer todos los movimientos que permitan abrir el concurso público. A ello se suma la búsqueda de la compañía de otros inversores que pudieran apoyar el proyecto, según las fuentes. El objetivo es que pudiese estar en marcha en dos o tres años.
Sánchez Ortega dio ayer algunas cifras sobre este proyecto. Así, explicó que se gestionarían unos cinco millones de toneladas de estos residuos y se producirían 28 millones de litros de biocombustible. Según señaló, nada haría más ilusión a la firma que contar con esta planta en Sevilla, de manera que se vinculara a sus orígenes, y más teniendo en cuenta que sería la primera planta comercial del mundo en esta tecnología, la hidrólisis enzimática a partir de residuos sólidos urbanos.
Se quedará en España // En otro orden de cosas, Sánchez Ortega señaló que la empresa mantendrá su sede en España, en Sevilla, aunque reconoció que a veces asaltan dudas por las pérdidas del 33% en los ingresos previstos en sus plantas termosolares respecto a lo que el Gobierno se había comprometido por la estocada que teme sea mortal con el recorte de las primas a las energías renovables.
A este respecto, aseguró que un posible traslado ha sido un pensamiento pasajero porque la compañía quiere seguir vinculada a sus orígenes.
