Economía

«Abriremos el hospital de medicina molecular de la Cartuja en 2011»

El consejero delegado y socio de Instituto Cartuja tiene por delante varios retos, entre ellos poner en marcha un hospital en Sevilla dedicado al desarrollo de técnicas no invasivas para tratar el cáncer, con 40 millones de inversión y unos 200 empleados

el 20 feb 2010 / 19:02 h.

Diego Valdés, consejero delegado de Instituto Cartuja, en el Edificio Expo del sevillano parque tecnológico Cartuja 93.

-¿Cómo se gesta Instituto Cartuja?

-Instituto Cartuja es una compañía de I+D+I, creada en el año 2004, que ha conocido diversas etapas. Los fundadores fuimos un grupo de antiguos accionistas y directivos de Cemedi. En 2006 entró como socio Sevilla Seed Capital, que nos dio un importante respaldo para asentar las bases del proyecto. La última fase se inicia cuando un nuevo compañero de viaje toma el relevo de Sevilla Seed Capital. A finales de 2009, entra en nuestro accionariado Mediterranean Capital Desarrollo, sociedad andaluza que participa en compañías con un alto componente de I+D+I, entre las que se encuentran empresas punteras como Novasoft y Coantel Telecom. Con Mediterranean se nos abren unas posibilidades extraordinarias para el desarrollo y la expansión de nuestro proyecto.

-¿En qué consiste esta iniciativa?

-Estamos desarrollando una tecnología pionera para el tratamiento de tumores de forma no invasiva: la tecnología MRgFUS, cuyo acrónimo en inglés significa cirugía mediante ultrasonidos focalizados guiados por resonancia magnética. Somos el primer y único centro de España que dispone de dicha tecnología, en cuyo desarrollo participamos unos 30 centros en el mundo, entre los que están las Universidades de Harvard y Cornell, la Clínica Mayo, la Charité de Berlín y el Saint Mary's Hospital de Londres. El proyecto está coordinado a nivel internacional por las multinacionales General Electric e InSightec, que confiaron en nosotros para desarrollar la MRgFUS en el sur de Europa. Contamos con el apoyo científico de la Universidad de Sevilla, a través del Grupo de Física Interdisciplinar de la Escuela de Ingenieros, que dirige el profesor Emilio Gómez González.

-¿Cómo está funcionado?

-En la actualidad, la tecnología está aprobada en Europa para el tratamiento de miomas uterinos y de tumores óseos con carácter paliativo. A día de hoy, hemos tratado con éxito más de 40 pacientes de estas patologías. Bajo la modalidad de ensayos clínicos, la cirugía MRgFUS se está utilizando también para el cáncer de mama, el de próstata y los tumores cerebrales. Los beneficios de la tecnología son extraordinarios: no se utiliza bisturí, no hay cortes ni incisiones, no hay hospitalización ni radiación, sólo se requiere una ligera sedación. En nuestra opinión, el quirófano del futuro, ya disponible en nuestro centro, contará con una unidad de resonancia magnética y un sistema que emite energía, en forma de haces de ultrasonidos inocuos, y la concentra en un punto, provocando así la destrucción del tumor por elevación de la temperatura. El proceso es similar al que se observa cuando se recogen los rayos solares con una lupa y se hacen incidir en un punto. La tecnología MRgFUS revolucionará la cirugía tumoral.

-¿Y cuáles son los planes de futuro?

-Inauguraremos un hospital en la Cartuja a principios de 2011. Se trata de un edificio de 14.000 metros cuadrados, que promueve Agesa, y en el que Instituto Cartuja desarrollará su actividad durante los próximos 50 años. Estará orientado hacia el novedoso concepto de medicina molecular, y en él tendrá un papel fundamental la tecnología MRgFUS, junto a otras líneas de investigación en las que actualmente trabajamos, como el estudio de biomarcadores o el aporte local de fármacos. Queremos dirigir nuestros pasos hacia la nueva era de la medicina, en fase de gestación en estos momentos y aún difícil de definir con propiedad, pero que con seguridad será más predictiva y personalizada. Para ello será fundamental entender el funcionamiento de las enfermedades a nivel molecular, para poder detectarlas antes de que se manifiesten y tratarlas, en su caso, de la manera menos invasiva y más eficaz posible. En esa nueva era será importante también la interrelación con otras disciplinas afines, como la biología, la química, la física o la ingeniería.

-¿Qué repercusión tendrá el hospital?

-La inversión global es de 40 millones, contará con 70 camas y se crearán más de 200 puestos de trabajo. Para nosotros, el proyecto entraña una enorme responsabilidad, pero, a su vez, supone un gran reto en el que estamos envueltos un numeroso grupo de profesionales, todos con un elevado nivel de compromiso personal. Pensamos que el esfuerzo y el sacrificio merece la pena. Nuestro objetivo son las personas.

-¿Ha sido difícil desarrollar aquí la idea?

-Llevamos más de 6 años de trabajo y el proceso ha sido largo y difícil. Afortunadamente, hemos conseguido superar las dificultades y se ha incorporado al proyecto gente de una enorme valía profesional y personal. En este sentido, hay que destacar la solvencia científica del Grupo de Física Interdisciplinar y la solvencia financiera y de gestión que aporta Mediterranean. Ahora tenemos una base muy sólida para afrontar el desarrollo futuro de la compañía.

-¿Es Andalucía un referente?

-Andalucía cuenta con base muy importante de investigadores y científicos. El futuro de nuestra comunidad pasa por apoyar los proyectos de I+D+I.

El perfil. Un filósofo contra el cáncer. Aunque es licenciado tanto en Filosofía como en Derecho, en 1993 se inició como gestor en el mundo de la Medicina, en Cemedi, compañía de laque fue consejero delegado hasta el pasado 31 de diciembre. Él y sussocios decidieron continuar su experiencia empresarial con InstitutoCartuja, abordando diversos proyectos de investigación en el campo de lamedicina molecular. A este amante de su familia -tiene mujer y doshijos-, de la lectura, el fútbol, el arte contemporáneo y el cine, los proyectos no le superan. Una vez que se ponga en marcha el hospital queproyecta en Cartuja 93, no descarta reproducirlo en otros parques tecnológicos de Andalucía. El objetivo: que su tecnología para el tratamiento del cáncer consiga extenderse lo máximo posible.

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