Local

Agflación o como se diga

Los economistas no son tímidos a la hora de acuñar o adoptar neologismos. Después de 'estanflación' o 'subprime', nos aparecen con uno nuevo que ya veremos si hace tanta fortuna como los anteriores...

el 15 sep 2009 / 00:28 h.

Los economistas no son tímidos a la hora de acuñar o adoptar neologismos. Después de 'estanflación' o 'subprime', nos aparecen con uno nuevo que ya veremos si hace tanta fortuna como los anteriores: La 'agflación', denominación otorgada a la inflación diferencial de los precios agrícolas que se cierne sobre la economía mundial en las últimas fechas y amenaza, como pronostican los más alarmistas, con poner fin a la "era de los alimentos baratos".

Algunos avisan que entre 5 y 10 años los precios de los alimentos se duplicarán, y eso que a ahora estamos en los niveles más altos conocidos. La paradoja es que la cosa se produce cuando hay abundancia de materias primas.

La explicación oficial a esta coyuntura es que la enorme aceleración de la demanda global de materias primas agrícolas en los últimos, alimentada por dos factores fundamentales. De un lado, el crecimiento económico global está creando una clase media en los países emergentes, sobre todo países asiáticos una vez remontadas las dificultades de finales de siglo, que destina sus sueldos a comer más y mejor a un ritmo que la oferta no puede sostener.

De otro lado tenemos el súbito tirón que sobre la demanda de maíz y soja está generando la producción de biocombustibles. La necesidad de alimentar esta pujante industria, fuertemente subvencionada en base a justificaciones medioambientales, hace que los agricultores decidan plantar cada vez más estos cereales en detrimento del trigo y de otros bienes sustitutivos, cuyo precio de mercado se ve, así, indirectamente afectado. La cadena termina de completarse con la comprensible elevación del coste de los piensos y otros alimentos de ganado, que encarece en especial la carne, los huevos y la leche.

Una de las grandes cuestiones es si estos incrementos de precios serán duraderos o no. La oferta ya está reaccionando y la búsqueda de materiales alternativos y nuevas tecnologías que permitan a la oferta cubrir las nuevas necesidades es un hecho. También es de esperar que la superficie cultivada aumente, sobre todo si los países en desarrollo ven reducidas las trabas para sus exportaciones agrícolas a los países más avanzados.

Tampoco debe perderse de vista que el fenómeno deja atrás perdedores pero también ganadores. Los productores de materias primas han mejorado notablemente su posición internacional. Véase el caso de Rusia, que en poco tiempo se ha convertido en el tercer país en reservas de divisas, o el de los denominados fondos soberanos de países ricos en petróleo.

Y en España? Pues, como en todo el mundo, los precios de los alimentos se han disparado en el último año. Según el INE aumentaron un 6,6% durante 2007 frente al 3,2% de 2006. Los productos de primera necesidad que más se encarecieron fueron la leche (31,0%), el pan (14,4%), la carne de ave (10,2%), la carne de ovino (9,9%) y los huevos (9,6%).

Para terminar, hacemos nuestras las palabras que se recoge en el último informe mensual de la Caixa "parece que no es del todo casualidad que el litro de leche y el litro de gasolina estén, en ambos casos, por encima de un euro. Esperemos que la innovación nos eche una mano y ayude a terminar con la agflación. Sería una bendición, sobre todo para los países más pobres, en los que las familias dedican más de un 60% del presupuesto a los alimentos".

Catedrático de Hacienda Pública

jsanchezm@uma.es

  • 1