Con un atractivo programa integrado por un nutrido elenco de compositores nórdicos del siglo XVII, encabezados por Dietrich Buxtehude, se presentó en el FeMÁS una reducción de la Orquesta Barroca de Helsinki; una de las citas claves de esta edición.
Un concierto con el que pudimos disfrutar de partituras de escasa divulgación, centradas en música vocal luterana, seguramente el mismo programa que presentarán esta noche en el Festival de Música Sacra de Madrid.
Bajo dirección del clavecinista Aapo Häkkinen, cuyo solo en la Suite de Christian Richter fue depurado y virtuoso, el conjunto hizo gala de solvencia y rigor, con una violinista apurada en afinación pero de ágil y expresiva ejecución, al contrario que el violagambista solista, cuyo nivel técnico resultó bastante pobre.
Por su parte, el contratenor exhibió un potente volumen, un timbre hermoso y un amplio registro vocal que le llevó a moverse en una indecisa tesitura. Descubrir piezas como Laudate Dominum omnes gentes de Kaspar Förster o Salve mi Jesu de Franz Tunder, fue toda una delicia.
