Ni el estadio de La Cartuja ni Cádiz ni Córdoba ni Jerez... El partido ante el FC Barcelona se jugará en el Vicente Calderón, porque así lo designó ayer la Federación Española, o en el Ruiz de Lopera si el Comité Español de Disciplina Deportiva concede hoy la suspensión cautelar. No hay otra.
Y no hay otra porque como se esperaba, el Comité de Apelación decidió en su reunión de ayer mandar al garete el recurso presentado por los servicios jurídicos del Real Betis en contra de la clausura de dos partidos del Ruiz de Lopera. No hubo el más mínimo resquicio a la posibilidad de que el comité federativo estimara el recurso bético, un recurso muy bien construido pero casi condenado de antemano a ir a la papelera.
Lo más asqueroso del asunto es que da la impresión de que la presunción de inocencia del Real Betis, un aspecto vital en la legislación española y por ende en el derecho deportivo, ha sido pisoteada. Hay datos que desgraciadamente invitan a pensar en ello. Sobre todo, que el Atlético de Madrid recibiera a eso de la una del mediodía un fax de la Federación en el que se le ordenaba la organización del Betis-Barcelona. Se trata de un hecho aterrador, ya que el Comité de Apelación todavía no había ofrecido su veredicto y la Federación tenía ya decidido que el encuentro se jugara en el Vicente Calderón.
La decisión, ademas, es doblemente grave, ya que supone condenar al exilio a toda una afición en un periodo de prácticamente día y medio. Jorge Pérez, secretario general de la Federación, realizó ayer un ejercicio de increíble cinismo al afirmar que "en 24 horas hay tiempo más que suficiente para organizar un partido de estas características. Lo único que ocurrirá es que habrá menos aficionados de ambos equipos para ver el encuentro".
Olvida Pérez el enorme perjuicio al que se somete a la afición verdiblanca, sin contar el daño económico al Betis, que ha vendido unas cuantas miles de entradas del partido. ¿Qué hacen esos aficionados? ¿Y los socios béticos? ¿Por qué tanta premura en el castigo? Ayer ya hubo incidencias en las taquillas del estadio bético.
No a la Cartuja. Y el problema viene acentuado por la negativa de la Federación a jugar en La Cartuja "porque sólo reúne las condiciones mínimas indispensables" para jugar el partido. La alternativa era el Vicente Calderón y allí ha mandado la Federación al Betis. La esperanza bética radica ahora en el CEDD y en la ansiada suspensión cautelar. Sería lo mejor para todos.
