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Alemanes de Arahal, andaluces de Stuttgart

La Alemania de postguerra, de la Segunda Guerra Mundial, se levantó tras la catástrofe y tras la invasión de los aliados gracias a muchos esfuerzos. Entre ellos, y con el permiso del Plan Marshall, con la ayuda y el trabajo de miles de emigrantes del sur de España que se establecieron en una nación que se ha convertido en el cuarto país del mundo con más emigrantes andaluces.

el 15 sep 2009 / 17:16 h.

La Alemania de postguerra, de la Segunda Guerra Mundial, se levantó tras la catástrofe y tras la invasión de los aliados gracias a muchos esfuerzos. Entre ellos, y con el permiso del Plan Marshall, con la ayuda y el trabajo de miles de emigrantes (los gastarbeiter) del sur de España que se establecieron en una nación que se ha convertido en el cuarto país del mundo con más emigrantes andaluces (tras España, Cuba y Francia). A esta historia debe su origen andaluz (su familia paterna es de Albuñán, Granada) Mario Gómez, delantero del Stuttgart que ayer poco pudo hacer ante una zaga sevillista de tintes germánicos.

La evidente aportación de los andaluces en la reconstruida Alemania demuestra que el carácter andaluz y el teutón no es ni mucho incompatible. Y si quieren un ejemplo, cojan cualquier partido de los últimos que ha disputado, y que ha ganado, porque perder es algo ya casi olvidado en el equipo nervionense, el Sevilla. Tesón, disciplina, seriedad, consistencia, seguridad, firmeza, virtudes todas muy teutonas impuestas por un entrenador que no ha nacido ni en Berlín ni en Stuttgart ni en Hamburgo ni en Bonn, sino en El Arahal. Manolo Jiménez (ayer volvió a ser vitoreado desde el gol norte y cada vez son menos los que acallan estas loas) ha insuflado unas virtudes a esta plantilla, ya se puede decir con total autoridad, que, si bien no estaban ocultas, no estaban explotadas al cien por cien. El Sevilla, sin dejar de lado algunos momentos de brillantez, es una máquina de ingeniería alemana. No hace falta que te arrolle, te aplasta. Sus piezas no fallan, cada una está en su sitio, conoce su función.

Llegará a finales de noviembre el Tourmalet, el Mortirolo y el Angliru si quieren, pero si cuando empiecen las rampas duras el zurrón europeo está lleno de puntos y la clasificación enfilada, los esfuerzos se dedicarán a la Liga. Ese es el objetivo, todo está perfectamente calculado. Pura ingeniería ¿alemana?

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