La cifra de alérgicos aumenta paulatinamente año tras año. Son conocidos los motivos que explican este tendencia, en especial el aumento de la contaminación urbana. Pero ya hay quien señala al cambio climático como nuevo responsable.
Algunos expertos las califican como "el mal de los países desarrollados" o "el mal del siglo XXI". Y es que está tomando dimensiones realmente preocupantes, sobre todo en países occidentales: las alergias afectan a un 35% de la población, Las respiratorias -las más comunes, motivadas por el polvo o el polen- a un 20-25% cuando hace diez años lo hacían a un 15%, según datos de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica (Alergosur). Y la cifra va en aumento: antes de mitad de siglo el 50% de la población estará afectado.
Los alergólogos explican que este incremento -detectado sobre todo en alergias al polen-, se debe a la mayor polución o a los cambios en las reacciones del sistema inmunológico ante formas de vida acomodadas. Sin embargo, un nuevo actor está tomando protagonismo en este terreno: el cambio climático. La Universidad de Córdoba -junto a otras cinco universidades andaluzas- está desarrollando un proyecto que lo relaciona con las alteraciones en la floración de las plantas.
Según la coordinadora del estudio y representante de la Red Andaluza de Aerobiología (RAA), la profesora Carmen Galán, "en los últimos 20 años se observan en Andalucía cambios motivados por alteraciones en las temperaturas y en las precipitaciones". Por un lado, "las plantas leñosas -cipreses, encinas, olivos, plátanos de sombra- tienden a adelantar su floración por el aumento de temperaturas mínimas al final del invierno". Por otro, "las herbáceas -gramíneas- la atrasan, por la menor disponibilidad de agua durante la primavera".
Se puede dar la circunstancia de que este adelanto-atraso conlleve la coincidencia en el tiempo de diferentes alergias, por lo que aumentan los niveles de polen. La época más crítica en Andalucía es final de abril, cuando florecen el olivo y las gramíneas.
Aparte de esto, según Carmen Galán, se aprecia una mayor intensidad de floración en determinadas plantas motivada por la subida de las temperaturas y por la mayor cantidad de gases contaminantes, que facilitan a las plantas la realización de la fotosíntesis y su actividad biológica.
Más contaminados. Los expertos alergólogos mantienen que la contaminación es el principal factor que motiva el incremento de las alergias. Según el jefe del Servicio de Inmonulogía y Alergia del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, el doctor Pedro Guardia, "la polución está produciendo mayores inflamaciones respiratorias, y esto hace que se sea más proclive a las alergias". También motiva "que el polen se haga más agresivo, que aumente su carga alérgica". Guardia señala que las zonas de Andalucía más afectadas son las industrializadas (como el Polo Químico de Huelva) o las que presentan mayores índices de combustión por diesel (grandes núcleos urbanos).
Para el presidente de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología (Alergosur), el doctor Javier Monteseirín, otro factor que se debe considerar es el comportamiento del sistema inmunológico ante los ambientes más desinfectados de las zonas desarrolladas: "El cuerpo tiene que defenderse de algo, y si no encuentra enemigos reales actúa contra elementos que no lo son, como los pólenes". Las alergias no responden, en contra de lo que se puede creer, a una "falta de defensas", sino a una "superprotección del organismo". Por ello representan, según Monteseirín, "el mal de los países occidentales".
