Cultura

Antihéroes y perdedores pueblan la sección oficial del Festival de Málaga

Un antihéroe sin suerte con el sexo opuesto, en Pagafantas, de Borja Cobeaga, y un buscavidas que vive una vida prestada, en 7 pasos y medio, de Lalo García, son los protagonistas de las dos nuevas óperas primas presentadas ayer en la sección oficial del duodécimo Festival de Cine Español de Málaga.

el 16 sep 2009 / 01:50 h.

Un antihéroe sin suerte con el sexo opuesto, en Pagafantas, de Borja Cobeaga, y un buscavidas que vive una vida prestada, en 7 pasos y medio, de Lalo García, son los protagonistas de las dos nuevas óperas primas presentadas ayer en la sección oficial del duodécimo Festival de Cine Español de Málaga.

Ese pagafantas -etimológicamente, aquél que paga las fantas a las chicas sin conseguir que éstas vean en él más que a su mejor amigo- es interpretado por Gorka Otxoa, quien conoce a Claudia (Sabrina Garciarena) y cree que su suerte ha cambiado, pero poco a poco comprobará que se trata de uno más de sus fracasos.

Según Cobeaga, la historia tiene un componente autobiográfico, aunque él ya está "reformado" y ha "superado esa fase", algo para lo que recomienda "huir".

Por ello, es una película "hecha desde las tripas" para la que ha elegido "el lado patético de la vida, porque todos somos patéticos, y el patetismo es democrático". "Los personajes no son perdedores, porque para serlo tendrían que haber perdido algo, y esta gente nunca ha tenido nada", dijo ayer en la presentación de la película el director donostiarra, al que le interesaba "algo realista, que dé vergüenza ajena, que se pase bien y mal, que la risa se congele en un punto y que haya un equilibrio entre lo cruel y lo tierno".

Su experiencia personal como "pagafantas" está estrechamente relacionada con su concepción del País Vasco como el "Polo Norte sexual de occidente". "Si vas al País Vasco, el mestizaje gusta, pero lo difícil es ligar entre vascos, es el antiincesto. Me fui a vivir a Madrid y me parecía La Habana, y los vascos vamos de turismo sexual a Burgos o al condado de Treviño", dijo Cobeaga.

Por su parte, en 7 pasos y medio, Abel (Ernesto Alterio) quiere tener otra vida y se reencuentra con Luis (Pere Arquillué), un antiguo amigo de la juventud que está casado con Elisa (Ingrid Rubio) y que le ofrece cambiar de forma radical su situación.

Su director, Lalo García, explicó ayer en rueda de prensa que la película relata "la utilización de una supuesta amistad como herramienta para la confrontación entre la venganza y la ambición de los dos protagonistas, en un ambiente de corrupción al que nos tienen acostumbrados ciertos empresarios en este país".

Para ello se inclinó por una apuesta visual a través de una fotografía con la que la película "fuera un tanto oscura y densa desde el principio y llegara al final a ser todavía más densa, porque los blancos van bajando". "Queríamos dibujar un ambiente denso desde el principio, que no fuera florido, colorista ni feliz, y que acompañara a la historia dándole un ambiente sórdido dentro del ambiente de lujo en el que viven", señaló el director.

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