Cultura

Antonio Vega, el poeta que ardía entre el deseo de vivir y la melancolía

La melancólica voz de Antonio Vega se ha apagado hoy. Hoy se ha puesto punto final a esa biografía llena de experiencia y de memoria en color y en blanco y negro que ha nutrido todos los temas de sus canciones, de sus poemas, porque él no hacía canciones: él adaptaba la música a sus poemas, a sus letras.

el 16 sep 2009 / 02:38 h.

La melancólica voz de Antonio Vega se ha apagado hoy. Hoy se ha puesto punto final a esa biografía llena de experiencia y de memoria en color y en blanco y negro que ha nutrido todos los temas de sus canciones, de sus poemas, porque él no hacía canciones: él adaptaba la música a sus poemas, a sus letras.

Poemas y letras que Antonio Vega construía con el material de su vida, de su propia biografía, con la belleza nostálgica de una verdad lograda a costa de vivir intensamente, de haber amado y sufrido; de haber visitado el infierno, y de haber visto cómo se iban sus amigos y seres más amados, como su última compañera, Marga de Río, fallecida en 2004 y a quien conoció cuando grababa "Anatomía de una ola" en 1998.

Cuando Marga murió, le dedicó su álbum "3.000 noches con Marga", editado en 2005. Y ese dolor se tradujo, por ejemplo, en "Te espero".

"Te espero porque volverás, tal vez me dé la vuelta un día y estés tu detrás. Te espero porque se quedó en el tintero la promesa de un mundo mejor. Y yo ...te espero".

Antonio Vega, que comenzó en 1978 con Nacha Pop, junto a su primo Nacho García Vega, Carlos Brooking y el batería Ñete, y que luego comenzaría su andadura en solitario, hasta que se volvieron a reencontrar en 2007, fue un icono de la modernidad en los ochenta, los años de la movida, pero en realidad él estaba fuera de modas.

"Mis canciones nacen de mi biografía personal", recalcaba. No sigo el panorama de la música actual, ni estoy al corriente de nuevos grupos o tendencias", dijo en 2002, y a todo eso hay que añadir su especial mirada para ver el mundo.

Así, "ese chico tan triste y solitario" deja temas tan emblemáticos como "La chica de ayer", que sonaba de madrugada en los 80 en todos los locales de moda: "Un día cualquiera no sabes qué hora es/ te acuestas a mi lado sin saber por qué/ las calles mojadas te han visto crecer/ y tú en tu corazón estás llorando otra vez..."

Una letra que le inspiró el Mediterráneo, otras de las pasiones del cantautor. Y es que Antonio Vega necesitaba luz y calor para sus claroscuros, y de ahí "Anatomía de una ola", que escribió en 1998 y que reflejaba un momento optimista del autor: "Hoy, de navegar y descubrir/ el sabor a sal del mar, en la cresta de qué ola/ dejé mi silla de montar".

Pero unas de sus letras más simbólicas y más visitadas en internet, y que ya quedará como "canción de culto", del álbum "No me iré mañana", es "Se dejaba llevar por ti", donde dice: "Azul, líneas en el mar, que profundo/ y sin domar acaricia una verdad. Eh, tú, no pienses más/, o te largas de una vez o no vuelvas nunca hacia atrás".

"El sitio de mi recreo" es otra de las letras más bellas escritas por Antonio Vega, del álbum del mismo nombre, de 1992. Un poema que comienza diciendo: "Donde nos llevó la imaginación, donde con los ojos cerrados, se divisan infinitos campos. Donde se creó la primera luz, junto a la semilla de cielo azul, volveré a ese lugar donde nací, y concluye: hay fuego, hay deseo. Ahí donde me recreo".

Una letra final que es toda una declaración de intenciones para alguien que, aunque de aspecto frágil y taciturno, se quemó por vivir y desear.

Para su primo Nacho García Vega, su otra alma en Nacha Pop, la letra que le quedará grabada para siempre en el corazón es "Lo que tú y yo sabemos". Una letra optimista que refleja la vitalidad del autor, las giras y los viajes del grupo.

"Salir, tocar para verte sonreír, coger al vuelo el sentido de vivir. Y después, a la hora de volver, conservar el secreto de mi poder. Un viaje más, olvidar la luz de un bar, durmiendo mal y soñando con cantar...".

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