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Aprende “hasta donde pueda llegar”

La reforma educativa plantea dos itinerarios paralelos, uno para los alumnos que rinden más, otro para los que requieren más esfuerzo y cuyos resultados son peores.

el 10 may 2013 / 00:10 h.

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educacion-portadaLa educación no es más que una columna de libros por la que el niño sube trepando. La familia y la escuela son responsables de ir apilando libros en esa montaña, y todos los que deje de poner la familia, los ha de suplir la escuela. Así de sencillo. Esa es la razón de ser de la enseñanza pública y esa es la gran dificultad. La huelga de ayer tiene muchas aristas, pero la más importante está en una de las tesis de la reforma: si el alumno llega con un déficit de libros al colegio, los maestros, en lugar de ponerle doble ración, deben dejarle como está para que el muchacho llegue “hasta donde pueda llegar”, en palabras de Wert. Pero la educación no se trata de llegar a ningún sitio. La formación de un niño dependerá de la altura que alcance esa columna de libros, y del ritmo al que crezca. Llegará un momento crítico en el que será el propio muchacho el que tome el relevo de sus padres y de sus profesores, y asuma la responsabilidad de elegir sus propios libros, su propia cultura, su conocimiento, su saber hacer. Para algunos, los que cuentan con el doble refuerzo de su casa, su entorno y su escuela, ese momento puede llegar en Primaria. Otros tardan más en asimilar para qué sirven los libros, puede que lo aprendan en la ESO o en FP o puede que nunca lo aprendan, en cuyo caso habrá fallado el sistema, por supuesto, pero también habrá fracasado la familia y la sociedad. Lo ideal es que el chaval nunca se detenga, es lo que los anglosajones llaman el long life learning (aprendizaje para toda la vida). En el camino ascendente el niño encontrará un trabajo, presumiblemente acorde con su formación, conformará unos valores sociales que le construirán como ciudadano. Pero todo eso son estaciones de paso. Lo ideal es que nunca se detenga, que siga trepando sin preocuparse por la meta. Encontrará una conciencia crítica que le hará más libre para tomar decisiones. Su fortaleza dependerá del tiempo que lleve ascendiendo y de la montaña de libros que haya dejado bajo sus pies.

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