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Aquí sucumbió el Madrid de Sabonis

Toñín Llorente formó parte de la plantilla que venció por vez primera al equipo blanco en San Pablo hace 22 años. El exjugador del CB Sevilla rememora aquella época.

el 22 nov 2014 / 16:54 h.

Toñín Llorente bota el balón ante la defensa de Chechu Biriukov y Pep Cargol. Toñín Llorente bota el balón ante la defensa de Chechu Biriukov y Pep Cargol. Foto: EDD “Fue un acontecimiento ganar al Real Madrid de Sabonis. Recuerdo que tuvimos que salir a la pista otra vez cuando ya estábamos en el vestuario. La gente estaba como loca. Era la primera vez que vivía en nuestra cancha de San Pablo algo así. Son cosas que más de veinte años después un jugador no puede olvidar”. Así son los primeros recuerdos de Toñín Llorente (Valladolid, 1963) del partido que el sábado tres de octubre de 1992 disputaron a la siete de la tarde el CB Sevilla y el conjunto madridista. Unas dos horas después, el equipo hispalense certificó su primer triunfo ante los blancos (78-69), con enorme actuación de Brian Jackson y Darryl Middleton (55 puntos entre ambos). “Es que teníamos un equipazo esa temporada”, recuerda el sobrino de Paco Gento. “El trío de americanos (Lockhart, Jackson y Middleton) era de lo mejor de la Liga. Además teníamos a Trumbo y un grupo de nacionales muy bueno. Teníamos mucho talento en ataque, pero si ese día le ganamos al Madrid es porque defendimos de forma salvaje”. El recuerdo de Llorente concuerda con lo que reflejan las crónicas del encuentro: una defensa brutal de los locales, que provocó que el Real Madrid cometiera diecinueve pérdidas de balón. Tampoco el extraordinario Arvydas Sabonis tuvo su día. Sólo sumó diez puntos y diez rebotes, además de ser eliminado por cinco faltas personales (el fallecido Carlos Montes le sacó la quinta, en una jugada que enloqueció a la grada de San Pablo. La ventaja llegó a ser de casi veinte puntos (58-39), pero los visitantes reaccionaron a base de triples . El pívot lituano era la estrella de un equipo que contaba también con el exquisito Ricky Brown, el tirador Mark Simpson y clásicos nacionales como Cargol, Biriukov, Romay, Antúnez o Isma Santos. El Real Madrid de aquel curso sólo perdió seis partidos en liga regular, ganó la Copa del Rey, la Liga ACB y llegó a la Final Four de la Euroliga, perdiendo en semifinales ante el Limoges de Bozidar Maljkovic y el genial Michael Young. Toñín Llorente comenzaba su segunda etapa en la entidad sevillana. Ya formó parte de la plantilla en la temporada 90-91, pero a la siguiente fichó por el Mayoral Maristas de Málaga. “El club tuvo mucho interés en que volviera. Miguel Ángel Pino me ofreció regresar y no me lo pensé. No me arrepiento de aquella decisión. Tengo muy buenos recuerdos de mi estancia en Sevilla. Me parece una gran ciudad, teníamos una afición fantástica, que creaba un ambiente muy caliente en los partidos”. Toñín, por tanto, también estuvo presente en la primera visita del Real Madrid a Sevilla en marzo de 1991, en la que además completó un partido soberbio: 18 puntos y siete asistencias. “También me acuerdo bastante bien de ese día porque jugué contra mi hermano José Luis. Creo que Ángel Jareño era el entrenador. En ese equipo estaban Carl Herrera y Stanley Roberts. Fuimos perdiendo por bastante, pero al final reaccionamos y tuvimos alguna oportunidad de ganar”, cuenta el exjugador. Eran los primeros años del CB Sevilla en ACB y la ciudad comenzaba a habituarse a partidos del máximo nivel: “La gente empezaba a reconocernos por la calle. Se creó un grupo de jugadores que se identificó muy bien con la ciudad, y la ciudad con ellos. Fue muy emocionante vivir todo aquello y ver como 5.000 personas venían a ver nuestros partidos en San Pablo”. La crónica de la primera victoria del CB Sevilla ante el Real Madrid se cerraba así: “Como si fuera un estreno de teatro, los jugadores volvieron a salir a la pista para saludar al enfervorecido público sevillano”.

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