Arenas le puso el miércoles el listón a los suyos: conseguir 250 alcaldías y llegar a los 3.000 concejales. Ése fue el objetivo que marcó a los presidentes provinciales del PP-A, recién elegidos en los congresos. Ahora el toca el turno a los locales.
Cerrado el proceso de renovación de los órganos provinciales, el PP-A se entrega a la causa de las elecciones municipales. Javier Arenas quiere conseguir 150 alcaldías más que ahora en 2011 y sumar 500 concejales más. En la hoja de ruta del PP este objetivo es fundamental para conseguir la alternancia en Andalucía, contando además mayorías suficientes para poder gobernar en todas las capitales -en Sevilla, Jaén y Córdoba las alianzas de PSOE e IU le desplazaron en 2007 del poder- y controlar las diputaciones provinciales. Para lograr ese objetivo, el PP está elaborando un informe en el que contrapone la gestión municipal del PP a la de los pactos de izquierdas.
Como ya hiciera en la precampaña de las municipales de 2007, el PP va a volver a hacer un mapa de los municipios de actuación preferente en los que Arenas dice tener "claramente opciones de victoria". Habló, aunque no dio detalles, de unos 200.
Tanto Arenas en la reunión del partido como la portavoz parlamentaria del PP, Esperanza Oña, en la Junta de Portavoces de la Cámara autonómica desplegaron ayer argumentos similares que perseguían el mismo fin: denunciar que el Parlamento está "al servicio del PSOE".
Las declaraciones de Oña dejaron claro hacia dónde dirigía el tiro: "La presidenta debería recriminar", "si usted quiere, presidenta, esto no ocurre", "usted podría actuar". Los reproches a Coves tenían que ver con la ausencia en el último pleno de la Cámara de tres consejeros y del presidente de la Junta. "Si no hay consejeros, no hay control", criticó Oña, quien dijo no entender por qué el vicepresidente primero, Gaspar Zarrías, se ausentó de la sesión de control de la mañana -estaba en Expo Agro, en Almería- pero cogió un avión para regresar a Sevilla por la tarde y evitar que el PSOE perdiese una votación. Para el portavoz del PSOE, Manuel Gracia, lo que pretende el PP es llegar "a unos de crispación y confrontación insólitos".
Un informe de los servicios jurídicos de la Cámara sobre si la Mesa puede obligar o no al Gobierno a primar al Parlamento en su agenda dio margen ayer a todas las interpretaciones. El dictamen es lo suficientemente ambiguo y dice que sólo se vulnera el derecho del diputado al control del Gobierno cuando éste pretende "lisa y llanamente impedir el control sin causa qué lo jusfique", pero no entra a valorar qué tipos de causa son necesarias.
