Asaja-Sevilla denunció ayer lo "catastrófica" que será la nueva Política Agraria Común (PAC) para Andalucía, ya que, según un borrador de la propuesta legislativa de la reforma a la que ha tenido acceso la patronal agraria, podría perder entre el 60% y el 65% de las ayudas. En cualquier caso, encontró un resquicio de esperanza en el documento, que queda reflejado en su artículo 17 y que recoge que cada país podrá aplicar el techo de ayudas a nivel nacional o bien regionalizarlo.
En el supuesto de que esto último se llevara a cabo, Andalucía podría salir beneficiada del reparto del denominado sobre nacional, ya que la distribución correspondería a criterios objetivos no discriminatorios tales como el potencial agrícola, donde la comunidad tiene mucho que decir.
Sin embargo, si se impone una tasa plana para todas las comunidades -esto es, una tarifa plana por hectárea- sin tener en cuenta criterios de diferenciación como el histórico, la región perdería un gran montante de ayudas y sería un "desastre" para un cultivo como el olivar. Andalucía percibe de media 414 euros por hectárea mientras que España recibe de media 229 euros.
En este contexto, Asaja-Sevilla defiende que se mantengan los porcentajes de reparto actuales y ve que "la gran batalla" por las ayudas tendrá lugar en el territorio nacional, donde "no hay aliados". "Si hay voluntad política no está todo perdido, puesto que el documento ofrece la posibilidad de distinguir los pagos según las características de las distintos territorios, lo que permitiría que España pueda usar este sistema y tomar como referencia el Plan de Regionalización Productiva y el plan para zonas homogéneas existentes en el olivar", recalcó el secretario general de Asaja-Sevilla, Eduardo Martín.
En este sentido, señaló que aún no se ha abordado la distribución entre regiones "porque algunas prefieren la tasa plana". Por ello, pidió la implicación del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), al que acusó de "dejación de funciones" y exigió a la Consejería la defensa del posicionamiento andaluz firmado en marzo.
Por su parte, su presidente, Ricardo Serra, lamentó que el documento convierte a Andalucía "en la perdedora" de la reforma de la PAC debido a que no se mantienen los criterios históricos para los cultivos, que hacía que la región contara con un montante mayor. A ello hay que sumar que "se está imponiendo una tesis de una PAC absolutamente verde", que supondrá más cargas medioambientales.
Verdeo. Respecto a la aceituna de mesa, que acaba de arrancar su campaña, Serra destacó que se presenta "complicada" debido a la caída del consumo interno, del 16%. Así, reclamó a la Junta la puesta en marcha del plan de reestructuración del sector y recordó que ésta realizó un diagnóstico que concluía que el agricultor perdía unos 27 céntimos por kilo mientras que el sector industrial y el de distribución obtenían rentabilidad.
