El Sevilla está de enhorabuena. En primer lugar, por su gran momento, que lo ha situado en el segundo puesto de la clasificación tras ocho jornadas disputadas. Y en segundo lugar, porque puede volver a presumir de contar con dos de los mejores delanteros del fútbol español: Carlos Bacca y Kevin Gameiro. La apuesta de Monchi en el verano de 2013 ha dado un excelente resultado. Los números y la revalorización de ambos jugadores hablan por sí solos. Hasta el pasado fin de semana, la lesión del francés le impidió trabajar a las órdenes de Unai Emery. Su última coincidencia con Bacca en un terreno de juego se remontaba al pasado mes de mayo, en Turín, cuando, junto a sus compañeros, recibieron el mejor premio posible a su brillante temporada: el título de campeón de la Europa League. Desde entonces, Emery ha tenido en el internacional colombiano a su único delantero nato disponible. Iago Aspas, fichado este verano, ha jugado lo justo, ya que el técnico confía ciegamente en el primero de ellos; entre otras cosas, porque le está respondiendo como mejor sabe: marcando goles (seis en lo que va de campeonato liguero) y, más allá de ver puerta, siendo una pieza fundamental en el juego de ataque del equipo. Ahora, Emery tiene ya su disposición a otro de los grandes referentes del plantel: Kevin Gameiro. En su primer partido de la temporada, frente al Elche, el francés dejó claro que hay que contar con él: marcó un gol, pudo hacer otro, corrió, luchó... Muy buena, en definitiva, su prestación en la aproximadamente media hora que estuvo sobre el césped. Bacca y Gameiro marcaron nada menos que 42 goles (21 cada uno) entre los dos la pasada campaña, primera de ambos en el club, al que llegaron con el recuerdo de grandísimos delanteros (Kanouté, Luis Fabiano, Negredo) muy fresco en la memoria de los aficionados sevillistas. Sin embargo, su espectacular rendimiento, así como la brillante gestión de Emery a la hora de utilizarles, algo que no era nada fácil, trajeron consigo el nacimiento de una sociedad ilimitada. Habitualmente, el técnico emplea un sistema 4-2-3-1. Por tanto, lo normal es ver a un solo delantero nato sobre el césped cuando los partidos dan comienzo. No obstante, también hubo ocasiones en las que utilizó a dos puntas desde el inicio, además de en momentos concretos de un encuentro por el desarrollo del mismo.
