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Banda rica, banda pobre

La mayoría de las formaciones musicales de Sevilla ensayan a la intemperie

el 17 nov 2009 / 19:44 h.

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Mediados de octubre pasado. A las depedencias de la Basílica de la Macarena llega un grupo de representantes vecinales de la zona residencial más próxima a la Torre de los Perdigones. Sus rostros empiezan a resultar familiares en el atrio. No es la primera vez que vienen a exponer sus quejas por las molestias que ocasiona al vecindario de la zona la trompetería y los tambores de la banda de la Centuria Macarena en sus ensayos.


Esta vez, sin embargo, no aceptan más demoras: exigen de los responsables de la hermandad una respuesta inmediata y amenazan con denunciar el asunto a la Policía. Por respeto a sus convecinos, la hermandad transige. Esa noche, de manera excepcional, los componentes de la Centuria ensayan en el interior de la Basílica en lugar de bajo el puente de la Barqueta, mientras su director, el conocido Pepe Hidalgo, pasea en moto por una isla de la Cartuja semioscura en busca de alguna explanada en la que emplazar en adelante los ensayos. El resultado es que, tras ocho años de ensayar bajo la Barqueta, la banda de la Centuria se ha visto obligada a cruzar el puente y desplazar su lugar de reunión frente al Pabellón de Andalucía de la Expo 92, hoy sede de la RTVA y Canal Sur Radio.

En su ya prolongada historia, la banda de la Centuria no conoce lo que es ensayar bajo techo. Durante décadas su lugar de ensayo se situó en el viejo Hospital de las Cinco Llagas, donde hasta "los enfermos se asomaban por las ventanas porque les transmitíamos alegría", recuerda Hidalgo. De allí tuvieron que emigrar hasta la Barqueta debido a las quejas que llegaron a la hermandad desde la presidencia del Parlamento Andaluz. A una parte de sus señorías les molestaba aquellos estridentes sonidos durante el desarrollo de las sesiones.

El cerco sobre la banda se estrechó y cada vez se adelantaba más el horario de cierre del parque situado en la explanada delantera del Parlamento, por lo que acabaron haciendo las maletas.

Santiago Álvarez, mayordomo de la Esperanza, asegura que la hermandad "sigue buscando un local por la zona" para albergar los ensayos de los pupilos de Pepe Hidalgo y también los de la banda infantil de la Centuria. "Llevamos años buscando algún local que pudiera utilizarse y adaptarse para el tema de las bandas, pero el problema es que no hemos encontrado ninguno asequible, ni para comprar ni para alquilar tampoco. Nos han llegado a pedir 600.000 euros por un local de 300 metros cuadrados, algo que es inviable para nuestra tesorería".

Ensayar a la intemperie, sometidos a las veleidades de la meteorología, no es una situación exclusiva de la banda de la Centuria. En realidad, la mayoría de las de 25 formaciones musicales que hay en la ciudad no saben lo que es ensayar bajo techo. Es el caso, por ejemplo, de la banda del Cristo de la Sangre de San Benito, la Pasión de Cristo del Parque Alcosa, los Desamparados del barrio de los Carteros, el Carmen y los Ángeles, ambas de la barriada de Su Eminencia, la Humildad de Pino Montano, la agrupación musical de Santa Cecilia o la banda de cornetas Esencia.

Otras bandas de mayor renombre, caso de Tres Caídas, o como las agrupaciones Virgen de los Reyes, los Gitanos, Redención o San Benito sí se permiten alquilar un local o una nave para sus ensayos por el que pagan entre 1.000 y 1.500 euros mensuales.

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