Local

Bar centenario de Sevilla

Bar El Comercio (Centro). El establecimiento está situado en el corazón comercial del centro de Sevilla.

el 11 jul 2014 / 13:00 h.

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Al bar El Comercio no le falta un detalle de bar clásico: la barra, los azulejos, la camisa blanca del personal, los vasos de Duralex, un buen vermú... / J.C. Al bar El Comercio no le falta un detalle de bar clásico: la barra, los azulejos, la camisa blanca del personal, los vasos de Duralex, un buen vermú... / J.C. Fueron los tíos abuelos del padre del actual propietario del Bar El Comercio, los que fundaron el negocio nada menos que en el año 1904. El local apenas ha cambiado su fisonomía desde que abrió, el viejo mostrador de madera oscura con los magníficos azulejos publicitarios con la manzanilla de Sanlúcar Mil Pesetas, de las que aún hay botellas antiguas en las estanterías de madera que corren paralelas a la barra, en la pared de ladrillo visto del local. Al fondo un acogedor salón donde finas columnas de fundición soportan las vigas de madera del techo, sillones de madera y mesas con tapa de mármol que nos hacen evocar clásicos cafés que tanto echamos de menos en nuestra ciudad, aquí viejas fotos de flamencos, como la de Manolo Caracol, espejos de anís Machaquito, un anuncio en madera de La Lechera, un reloj de péndulo que da perfectamente la hora. Por las paredes, pequeñas pizarras como de antiguos colegios con una perfecta caligrafía que anuncian los desayunos y las tapas del local, el buen vermut casero que se sirve en vaso antiguo de Duralex, rico, con notas cítricas y un regusto final de canela. Hay buena caña de Cruzcampo, fría y bien tirada, y sangría. La especialidad del Bar El Comercio son los desayunos y las meriendas, por ello quizás el verano es su época baja, de fama son sus calentitos y su chocolate, servidos mañana y tarde, y una buena nómina de tostadas. Esto y su ubicación, además de décadas de tradición, hacen que la principal clientela del negocio sean sevillanos, familias que acuden por generaciones, gente de los pueblos que vienen de compras, antes incluso se cerraban muchos tratos en su salón, pues el negocio era restaurante y hostal. La madre de Paco, el actual propietario, Doña Josefa, hizo famoso el menudo de la casa, que ahora sólo se sirve los sábados, junto con las espinacas y carnes a la brasa, así como un arroz del día.   Interior del local que este año cumple 110 años de vida en la misma familia. / J.C. Interior del local que este año cumple 110 años de vida en la misma familia. / J.C. La carta diaria de tapas está formada fundamentalmente por montaditos, de los que probamos una rica pringá (2,20 euros), con protagonismo de la morcilla, en un pan tierno y sin excesivo aceite. Pero el montadito estrella es el mantecadito (2,80 euros), un solomillo ibérico al whisky que se sirve con patatas fritas caseras, que van dentro del pan, tierno y jugoso, revitalizante con una buena cerveza. También hay ensaladilla, croquetas caseras y flamenquines, todo a 2,20 euros por tapa. Para la espera la casa aporta una conchita de panchitos, o sea, cacahuetes pelados, tostados en aceite y con su punto de sal, se ven ya pocos así por las barras de Sevilla. gastronomia-03 Los calentitos y chocolates se pueden tomar mañana y tarde. Desde el ajetreo de la calle Lineros, calle peatonal y comercial al lado del Salvador, la Plaza del Pan y Puente y Pellón, el Bar El comercio es una isla para reponer fuerzas, para el desayuno antes de visitar tiendas, para la merienda, para el aperitivo de mediodía, viendo, a través de la ventana de la barra, el ir y venir de turistas, de sevillanos que suben y bajan por la calle, vida de centro, en un negocio que nos habla de nuestros bares de toda la vida, con camareros de blancas camisas que nos atienden con la profesionalidad austera y circunspecta que ha caracterizado a nuestras mejores barras. Acodado en la barra, uno puede entretenerse mirando los mil detalles que atesora este bar centenario, el trajín del puesto interior de churros, los perniles de jabugo que cuelgan del entablamento, las botellas que nos hablan de otros tiempos, de licores exóticos, rones forrados de esparto, aguardientes de carajillos y sol y sombra, y el inconfundible aroma a café que sale de la pulida y siempre a punto máquina del expresso. Debemos cuidar sitios como el Bar El Comercio, que este año celebra sus 110 diez años de vida en la misma familia, desde el respeto al local legado por sus ancestros, conservando, con las actualizaciones indispensables, el espíritu de un bar clásico, para disfrute de sevillanos y de los visitantes de nuestra ciudad que aciertan a pasar por su puesta y entrar a disfrutar de sus variados desayunos, ricas meriendas o de los montaditos del mediodía. LA FICHA

  • Domicilio: C/Lineros, 9.  41011 Sevilla.
  • Horario: De 13.00 a 16.30 y 20.30 a 24.00. Cierra domingos noche y lunes.
  • Teléfono: 670 826 053.
  •  Propietarios: Francisco Rivera y familia

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