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Barreda da marcha atrás ante el apoyo mayoritario a Zapatero

El presidente de Castilla-La Mancha ha admitido que no estuvo "acertado" al avisar de que el PSOE debe cambiar de rumbo: "Yo estoy en este barco y además dispuesto a remar como el primero".

el 09 oct 2010 / 13:11 h.

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Tras la polvareda levantada por su aviso al PSOE para cambiar de rumbo y evitar "la catástrofe electoral", el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, admitió ayer -por consejo de sus asesores, según admitió-, que probablemente no estuvo "acertado" en su advertencia ni al pedir la limitación de mandatos de los presidentes. Lo hizo tras constatar que si en anteriores ocasiones sus críticas, más o menos veladas, al jefe del Ejecutivo y líder de los socialistas hallaron eco en otros barones, en esta ocasión no hubo fisuras al defender el liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero.

 

No era la primera vez que Barreda rompía la disciplina de partido y se mostraba crítico con el Gobierno socialista. Hace meses reclamó a Zapatero cambios en el Ejecutivo y un recorte de ministerios. El viernes avisó de que o el PSOE "cambia de rumbo y toma medidas contundentes" o acabará en el "camino" al que se dirige, que es una "catástrofe electoral". Lo dijo un día después de que dos ex pesos pesados como Felipe González y Alfonso Guerra cuestionaran el papel del presidente ante las primarias de Madrid. Dos semanas antes, el presidente extremeño Guillermo Fernández Vara señaló que "Zapatero no debería presentarse a la reelección si tenía dudas".

Pero parece que esta vez Barreda se ha pasado de la raya y nadie le ha seguido. Al verse solo, dio ayer un paso atrás. "Siempre espero de mis asesores que me digan lo que piensan y me digan la verdad; pues bien, me han dicho que el otro día no estuve acertado y, a la vista de la utilización que están haciendo algunos, sobre todo los adversarios, probablemente lleven razón", rectificó. Además, quiso dejar claro su apoyo a Zapatero. "Yo estoy en este barco y además dispuesto a remar como el primero".

La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, a quien ya el viernes tocó dar la réplica a Barreda desde el Gobierno, reiteró ayer que la mayoría de los dirigentes socialistas no comparte las críticas de Barreda y, si hay alguna otra voz discordante en el partido, "hasta ahora no se ha expresado". Negó que haya "un movimiento sísmico en el PSOE" ni dudas en que Zapatero es quien tiene más capacidad de recuperar la confianza de los ciudadanos.

Hasta tres ministros salieron también al paso de la polémica. El titular de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, consideró "exagerado" hablar de rebelión en el partido y subrayó que el liderazgo de Zapatero "sólo lo pueden cuestionar los ciudadanos". Su colega de Sanidad, Trinidad Jiménez, tildó de "improcedentes" y "desafortunadas" las palabras de Barreda, y le recordó que en los momentos difíciles es cuando "más se tiene que demostrar la cohesión interna", mientras el ministro de Industria, Miguel Sebastián, alabó la marcha atrás de Barreda porque "rectificar es de sabios y de buenos colegas".

Desde el PP, la secretaria general, Dolores de Cospedal, y la portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, lamentaron que las voces críticas sólo surjan ante los malos resultados de Zapatero en las encuestas y no por sus decisiones, o en el caso de Barreda, "cuando ha visto peligrar su puesto de trabajo".


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