Cultura

Beethoven bronco y genial

el 15 abr 2011 / 17:09 h.

Salir al escenario, poner la Novena Sinfonía de Beethoven en el atril (en sentido figurado, se dijo de memoria) y aportar algo nuevo o, como mínimo, inesperado. Eso fue lo que Pedro Halffter ha hecho esta semana en el Teatro de la Maestranza, demostrar que tan popular y trillada partitura puede ser sacudida y leída desde otra óptica.

Con tal premisa, la ROSS se ventiló la Novena con un pulso henchido de dramatismo y furia. Fue una versión bronca, de silencios precipitados y ralentizaciones inesperadas. Pero contra lo que pudiera pensarse el conjunto no quedó en el mero efectismo. El maestro madrileño entiende estos pentagramas como barnizados por un vitriólico dramatismo de tintes visionarios. Parece, en efecto, querer gritarnos que ese anhelo de fraternidad universal que clama el texto es todavía cosa de ciencia-ficción.

Contagiados por el tono, el Coro del Maestranza vociferó más de la cuenta en el final (ahogando las voces masculinas) pero mantuvo, a lineas generales, el equilibro. Bien el conjunto de cantantes, sobresaliendo el dramático cantar de Ruth Ziesak y las voces disparadas y brutales de Litaker y Rutherford.

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