Esta vez el problema no son las obras sino los badenes. La hermandad del Dulce Nombre de Bellavista se ha visto obligada a modificar de manera considerable su itinerario del año pasado después de que el Ayuntamiento haya sembrado las calles de la barriada de multitud de gigantescos badenes que imposibilitan el paso del cortejo.
Según denuncia la corporación del Viernes de Dolores en un detallado informe, los badenes instalados desde el pasado verano en las calles del barrio son "ilegales" puesto que sus dimensiones no se ajustan a la normativa del reglamento general de circulación, ni por su altura, mayor que la estipulada, ni por su desproporcionado grado de pendiente.
El hermano mayor, Alfonso Lozano, explica que la hermandad dio traslado al Consejo de Cofradías de esta situación en un informe en el que se solicitaba a la delegación municipal correpondiente la retirada de estos elementos. "El pasado 11 de febrero se puso en conocimiento del Ayuntamiento y hasta la presente no se ha manifestado", se queja Lozano. En concreto, los badenes que afectan al recorrido de la cofradía están instalados en la calle Guadalajara -donde hay hasta cuatro de ellos-, Roque Barcia y Alcuceros.
Así las cosas, la corporación ha planificado para su estación penitencial un recorrido basado en una sola consigna: sortear el mayor número de badenes posibles, ya que algunos obligatoriamente habrán de tomar "si queremos salir a la calle". Esta insólita medida se ha adoptado "pensando en la salud de los costaleros", aclara el hermano mayor, puesto que los badenes son tan enormes que hay momentos en los que bien la delantera o la trasera del misterio se quedan colgadas de sus trabajaderas -es decir, sin coger ningún peso-, por lo que al descender de la plataforma y recibir el peso de nuevo de forma brusca los costaleros podrían sufrir algún accidente. El resultado: la hermandad ha tenido que introducir ocho calles más en su recorrido para sortear cuatro badenes.
