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Birmania da los visados a la ONU un mes después de la tragedia

La Junta Militar de Birmania cedió a las presiones de la ONU y otorgó todos los visados que pidió para que su personal cualificado entre en el país, casi un mes después de que el ciclón "Nargis" azotara. Foto: EFE

el 15 sep 2009 / 05:38 h.

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La Junta Militar de Birmania cedió a las presiones de la ONU y otorgó todos los visados que pidió para que su personal cualificado entre en el país asiático, casi un mes después de que el ciclón "Nargis" causara 134.000 muertos y desaparecidos.

Así lo comunicó ayer el organismo multilateral, y es fruto del acuerdo alcanzado el viernes pasado entre el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y el jefe del régimen militar birmano, el general Than Shwe, en Naypyidaw, la capital birmana desde 2005.

Asimismo, la ONU señaló que los cooperantes disfrutan de mayor acceso al delta del río Irrawaddy, la zona más afectada por el ciclón, aunque mantiene los controles en las carreteras de acceso al delta y hace retroceder a todo aquel extranjero que no viaja debidamente acreditado y con las autorizaciones pertinentes.

Al mismo tiempo, la Junta Militar ha animado a través de los medios de comunicación estatales a efectuar donaciones para las víctimas y ofrece a los benefactores la posibilidad de entregar su donativo personalmente.

"Pueden presentar dinero o bienes en las propias manos de los necesitados y podrán acceder a cualquier zona asolada por el ciclón que deseen", aseguró hoy en el rotativo La Nueva Luz de Myanmar.

"No obstante, deben tener cuidado para que personas sin escrúpulos no se aprovechen de la situación con fines políticos, y las donaciones no pueden dañar la imagen de la nación y de su población", aclaró el diario.

El régimen militar teme que los trabajadores de agencias internacionales propaguen ideas "occidentales" entre la población y, entre otras medidas, camufla el material de emergencia para que las víctimas no vean que proviene de países críticos con la dictadura.

La ONU calcula que con la mejor cooperación, la distribución de la ayuda internacional ha mejorado y ha alcanzado a un millón de personas, un volumen aún insuficiente.

Mientras tanto, el Gobierno birmano ha dado por concluida la fase de atención primaria y ha comenzado la etapa de rehabilitación y construcción. Testigos y damnificados aseguran que las autoridades llevan varios días cerrando campamentos de acogida y enviando a los desplazados a sus pueblos con un saquito de arroz y 7.000 kyats (unos 6,5 dólares o 4,2 euros).

Los funcionarios prometen a estas personas que recibirán más ayuda en su aldea, pero algunas han desaparecido, otras han quedado medio derruidas y cuando llegan se encuentran sin un techo donde cobijarse y sin trabajo, porque los campos siguen inundados y no se puede plantar.

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