Hasta cuatro alternativas de operaciones de concentración posee la hoja de ruta concebida por Antonio Pulido para la entidad que preside, Cajasol, según reveló en un día, el de ayer, en que su asamblea general extrordinaria aprobó la fusión por absorción de Caja de Guadalajara.
En esas opciones, caben desde fusiones con entidades de menor tamaño que ella y que se han quedado sin novio dentro de los emparejamientos frenéticos que actualmente se dan en el sector de las cajas -tocan a rebato pues se agota el plazo para solicitar ayudas al fondo de rescate, el FROB-, hasta alianzas vía Sistema Institucional de Protección (SIP) dentro o fuera de Andalucía. Pero lo que no incluye es una fusión pura y dura con Unicaja, quién sabe si un SIP, porque, matizó, el vaivén es tan grande actualmente en el sector que se han concebido hojas de ruta a lo largo de un único fin de semana.
Pulido no quiso revelar nada, por lógicas razones estratégicas, a los periodistas, aunque dentro de la asamblea reconoció que ya existen conversaciones con otras cajas y que no descartaba "otros movimientos" dentro de la región. Y aquí tan sólo dos caben, si bien de esto Pulido nada habló: esa fusión fría o SIP con la malagueña o una alianza similar entre estas dos y Caja Granada, siempre que ésta vuelva al redil andaluz dado que ahora está fraguando otra diferente a nivel nacional. Una tercera opción habría: que el Banco de España invitara a la entidad sevillana a que se sumara a la subasta pública por Cajasur.
"No tenemos prisa". En varias ocasiones lo aseguró Pulido, que, asimismo, negó que hubiera recibido presiones por parte del Gobierno andaluz para impulsar una operación con Unicaja, tras el fallido matrimonio de ésta con Cajasur, finalmente intervenida por el supervisor.
El directivo dejó claro que no metería a la caja sevillana en ninguna aventura de alianzas que no se guiara por los criterios de solvencia y rentabilidad. El tablero está abierto, sentenció.
Sin embargo, y quizás como un aviso a navegantes, hasta en tres ocasiones señaló que, de cara a las integraciones entre cajas de ahorros, hay que olvidarse de los "intereses personales", en referencia a sus "directivos" -léase, los presidentes-. Es más, preguntado si Cajasol estaría dispuesta a entrar en alguna operación que ella no liderara -ya fuera una fusión o un SIP-, con un sí respondió.
"Nadie nos empuja, ni los organismos reguladores [Banco de España] ni la Junta [de Andalucía]", reiteró. Tampoco "nos aprieta el zapato", indicó en referencia a la solvencia de la que presume la entidad.
En este contexto, Pulido se volvió a mostrar de acuerdo con las cuotas participadas (una especie de acciones) y con la salida a bolsa de los grupos empresariales para reforzar la solvencia.
Las asambleas generales de Cajasol y Caja Guadalajara aprobaron ayer su fusión -la primera absorbe a la segunda-. En el caso de la sevillana, por 158 votos a favor y dos en contra, y en la guadalajareña por unanimidad. Se trata de uno de los últimos trámites para la integración final, que será inscrita en el registro mercantil -último paso, queda la autorización del Banco de España y la Junta de Andalucía- en el mes de julio, según dijeron fuentes de la entidad.
Es la primera fusión de cajas de distintas comunidades, destacó Antonio Pulido, presidente de Cajasol, que en los últimos tres años ha afrontado, además, la unión de El Monte y San Fernando. Toda una experiencia, dijo, de cara a futuras integraciones.
Por otro lado, el directivo sevillano reveló que, desde el inicio de la crisis, se han cerrado 116 oficinas para ganar productividad y eficiencia, y que los cierres continuarán en la comunidad de Madrid, donde se producen solapamientos con las sucursales de Caja de Guadalajara.
Pulido anunció que, aunque la marca Guadalajara se mantiene, la marca Grupo Cajasol ya está en marcha. Es más, ya figura en las camisetas de un equipo de fútbol de la comunidad manchega.
