Ya no hay duda al respecto: la 'cirugía' paulatina a que se ha sometido el Cajasol le ha cambiado por completo. Y ese cambio radical no ha podido ser más providencial: siete victorias sobre once en la segunda vuelta, cinco seguidas, San Pablo convertido en un fortín...
... Y, por el camino, cadáveres insignes como Joventut, Pamesa o Kalise, la última víctima, ayer, del transformado equipo de Pedro Martínez, con determinantes miembros (Tucker, por supuesto, Caner-Medley, Milisavljevic y hasta Rey, enorme ante los canarios) fruto de las operaciones practicadas, pero también con un espítiru renovado, por fin competitivo, henchido de confianza, contagiado de entusiasmo.
Con semejante mutación sí se puede, claro que se puede, y la supervivencia en la ACB, quimera hace no tanto, es ya una realidad al alcance de este Caja sublime.
Y eso que los canarios habían llevado la voz cantante en la primera mitad merced a su dominio en el rebote (22 capturas por 15 locales, déficit luego corregido), a su mejor selección de tiro (diez tiros de dos más que el Caja, algo abusón con los triples, además sin acierto: 3/14) y a la versatilidad letal de Freeland y Kickert.
Los locales bastante tenían con mantenerse a la estela del Kalise, para lo cual se apoyaron desde el inicio en su defensa zonal 3-2 y en la dirección de Milisavljevic, con mejor criterio que Miso, y en la batalla bajo tableros de Rey: cinco rebotes al descanso, once al final.
Las rentas visitantes, en todo caso exiguas -ocho puntos en el segundo acto-, no se dispararon más porque Caner-Medley hacía gala no sólo de su habitual garra sino además de una tremenda flexibilidad para regalar las mejores acciones: dos bicicletas de fantasía después de un triple oportunísimo para frenar el despegue isleño guiado por Fisher.
A la vuelta de los vestuarios, la intensidad y los decibelios se elevaron hasta el infinito porque el cuadro sevillano salió a morir. Tucker enchufó su muñeca killer (9 puntos en el tercer cuarto, 7 para la mesa...) y, claro, English no quiso ser menos. Pero la suerte del partido no la iban a decidir ellos solos, ni mucho menos. En los visitantes, Sanders hacía estragos mientras en el cuadro anfitrión Caner-Medley seguía a lo suyo, sumando y ofreciendo espectáculo: dos mates de concurso, el primero a la contra tras robo de Tucker y el segundo cortando la zona para machacar sobre los rivales. Pertinentes también los triples de Ellis y de Miso (58-56, m. 29).
Y más aún los dos de Savanovic, con un 2+1 de Ellis intercalado y una posterior canasta de Tucker, para un 11-0 que puso el 73-62 (m. 33). Misma brecha tras un triplazo del de Ohio (78-67, m. 35), pero Freeland y Moran iban a replicar con un 0-9 (78-76, m. 37) para poner el alma en un vilo a San Pablo. Sólo que éste ya tiene colegas: San Clay y San Nik. Una sociedad de altos vuelos.
