«Aunque nadie me crea continuo ayudando en lo que puedo para que todos podamos descansar». Es la frase con la que Miguel Carcaño, el asesino de Marta del Castillo puso fin a su declaración ante el juez del caso tras imputarle por un delito contra la integridad moral la semana pasada. El joven insiste en que Marta está en La Rinconada aunque recuerda que nunca dijo a la Policía un lugar exacto. Por este motivo, envió una carta a su hermano para que éste colaborara en localizar el cuerpo «sin necesidad de que se enterara el juez». Carcaño también admite que la Policía le llevó hasta la escombrera, pero no les dijo que estuviera allí.Carcaño explica en su declaración que si en febrero de 2013 ofreció una nueva versión del crimen, lo hizo «movido por el deseo de solucionar este caso». Fue el motivo por el que solicitó declarar ante la Policía, que acudió al centro penitenciario de Morón. El chico cuenta que entonces les dijo a los agentes que «el cuerpo estaba en la carretera de Sevilla a La Rinconada en el margen izquierdo dirección a La Rinconada», desconociendo si el punto marcado por los investigadores es el kilómetro uno pues «no precisé con exactitud». Fue posteriormente cuando los agentes le llevaron hasta el lugar cuando indicó «sobre el terreno la que podía ser la localización». El joven insiste en que Marta «está allí, en esa zona», por lo que afirma que no faltó a la verdad. Según consta en su declaración, reconoce que tras el test de la verdad, la Policía le llevó hasta una zona cercana a la pasarela peatonal de Camas, desde la que dijo tras ser detenido que lanzó el cadáver de la chica. Sin embargo, aclara que «no es cierto que reconociera ante la Policía que en aquel lugar era donde estaba el cuerpo», como tampoco lo es que «indicara que siguieran buscando allí, porque allí se encontraba verdaderamente el cuerpo». Carcaño niega que se haya desdicho de su declaración anterior, insistiendo en que «el cuerpo está en el paraje al que llevó a la Policía» en febrero de 2013. Igualmente, reconoce que antes de contar este nuevo relato a los agentes dirigió a su hermano, Javier Delgado, una carta a través de su abogada «para que colaborara en el intento de encontrar el cuerpo sin necesidad de que se enterara el juez». Lo que le llevó a escribir la misiva fue que él «no podía indicar el lugar exacto del enterramiento», no porque no conociera la zona, sino porque «no sabía el sitio exacto». Carcaño se extraña y dice que «no sabe cómo es posible que no se haya encontrado el cuerpo» y asegura que no sabe si Javier «después de haber enterrado el cuerpo, se desplazó allí otras veces» sin él. Por último, insiste en que siempre fue su «intención que se encontrara el cuerpo de Marta», pero se trataba de una zona «muy amplia y no podía concretar el sitio exacto del enterramiento». «Nunca fue mi intención causar daño a la familia», a lo que añade que como penado con sentencia firme no tiene «obligación de declarar sobre hechos ya sentenciados» y que si lo hizo fue «para colaborar para el final del caso» y, «aunque nadie me crea», «todos podamos descansar».
