Carlos Moyá, un histórico del tenis español que se retirará con motivo del Máster Nacional que se celebrará en Sevilla del 9 al 11 de diciembre, también recibirá un bonito homenaje por parte del Betis. El tenista balear, número uno del mundo en 1999 y campeón de Roland Garros en 1998, acudirá el estadio Benito Villamarín el próximo miércoles 8 y no sólo verá el Betis-Barcelona B desde el palco, sino que hará el saque de honor del partido.
La propuesta partió de la Federación Española de Tenis, cuyo presidente, José Luis Escañuela, es un reconocido bético. El dirigente se puso en contacto con su homólogo verdiblanco, Jaime Rodríguez Sacristán, que acogió la idea de la mejor manera posible, y el acuerdo ha quedado cerrado esta misma mañana tras el OK del jugador. Se da la curiosa circunstancia de que Moyá, al parecer, es un gran amigo del entrenador del Barcelona B, Luis Enrique.
Moyá, que tiene 34 años, anunció su retirada a finales de octubre y durante la reciente Copa de Maestros, en Londres, recibió el homenaje de la ATP. El tenista mallorquín, que de alguna manera apadrinó la llegada de Rafael Nadal a la élite de su deporte, acabó cinco temporadas en el top 10 de la ATP y vivió tres momentos culminantes: su triunfo en Roland Garros en 1998, al superar en la final a Álex Corretja; su ascenso al número uno mundial en 1999; y el título de Copa Davis que dio a España en 2004 precisamente en Sevilla. En aquella final ante Estados Unidos, disputada en el Estadio de La Cartuja, Moyá resultó fundamental: primero ganó a Mardy Fish y luego venció a Andy Roddick en el partido definitivo que dio la Ensaladera de Plata al equipo español.
Además, Moyá fue finalista del Abierto de Australia en 1997 y del Torneo de Maestros en 1998, así como semifinalista en el Abierto de Estados Unidos en ese mismo año. Ganó veinte títulos, entre ellos tres Masters Series, y fue el primer español en la cumbre del ranking de la ATP desde 1973. En el número 1 estuvo durante dos semanas.
La semana que viene, Moyá regresará a una de sus ciudades talismán para despedirse de la competición, pero antes se pasará por Heliópolis para recibir el homenaje del Betis.
