Economía

Casa Rosa, campo negro

Los agricultores se consideran los grandes olvidados en la actual crisis económica, que ellos también padecen. Por eso y porque los precios en origen se han desplomado, ayer Asaja convocó una manifestación de las que ya ni se recuerdan en el campo andaluz.

el 16 sep 2009 / 00:45 h.

Los agricultores se consideran los grandes olvidados en la actual crisis económica, que ellos también padecen. Por eso y porque los precios en origen se han desplomado, ayer Asaja convocó una manifestación de las que ya ni se recuerdan en el campo andaluz.

Porque la crisis la padecen todos los agricultores, la patronal agraria Asaja consiguió ayer unir a sus ocho asociaciones provinciales para traer hasta la capital sevillana a miles de personas en una demostración de fuerza masiva -cortes de tráfico y colapso de vías dieron fe- del agro andaluz. Se trató, asimismo, de la primera gran manifestación que soporta el consejero del ramo, Martín Soler, y que atronó la reunión del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía presidida por Manuel Chaves. Ante la Casa Rosa, el campo negro.

Cifras. Unos 15.000 agricultores calculó la Policía, más de 20.000 según la organización convocante, miles en cualquier caso. Petición, soluciones a la crisis del sector agrario y ganadero, el gran olvidado de esta negra coyuntura económica general e internacional.

Antes del inicio de la manifestación, Asaja repartió delante de su sede en Sevilla, en la Avenida San Francisco Javier, alrededor de 30.000 kilos de alimentos característicos de todas las provincias andaluzas entre los ciudadanos que se acercaron. Amas de casa, jubilados, trabajadores del entorno y estudiantes de la cercana Facultad de Económicas que querían economizar. Gratis total.

La manifestación se prolongó casi una hora y media por algunas de las arterias principales de Sevilla. Mezcla de comprensión y de malestar a su paso por parte de los conductores, comprensión que aumentaba si se llevaban alguna dádiva hortícola. En cambio, a Chaves y a sus consejeros les gratificaron con una sonora pitada, atronadora. Al presidente andaluz iba dedicado uno de los tractores que acudieron a esta protesta, era viejo, destartalado, símbolo de la quinta modernización de la agricultura andaluza.

Megáfono en mano, tan curtido en movidas como él en persona, el secretario general de Asaja de Sevilla, Miguel Afán de Ribera, profirió no pocos insultos, mejor no mencionarlos, que son cosas habituales en estas movilizaciones agrarias. En la tabla reivindicativa, que el Ejecutivo regional preste más atención al sector primario y haga algo para paliar la crisis de uno de los pilares de la economía andaluza.

Las grandes diferencias entre los precios percibidos por los agricultores y los que abonan los consumidores, la incidencia de la crisis económica en el sector agrario, la caída de la renta agraria y la congelación del presupuesto de la UE, son algunos de los motivos de la protesta del campo andaluz.

Esta situación ha provocado la desaparición de más de 10.000 explotaciones agrarias andaluzas en 2008 y más de 20.000 están al borde de cerrar, según Asaja. Un drama, cuestión de supervivencia.

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