El presidente de la Confederación de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, reveló ayer que hay varios proyectos de fusión de cajas "en distintos niveles de concreción" en estos momentos, aunque alguno de ellos "sería políticamente incorrecto", porque tiene la oposición de alguna comunidad autónoma, mientras que otros continúan adelante.
Quintás indicó que no cree que este año puedan prosperar "más de un par de proyectos", aunque no quiso referirse a la unión de Unicaja y Caja Castilla-La Mancha, ya que los estatutos le impiden aludir a los miembros de la confederación. Pero sí insistió en que las fusiones entre cajas impulsadas desde el punto de vista empresarial "siempre han dado un resultado extraordinario", mientras que las que responden a motivos políticos "o han reventado antes de configurarse o han tenido una digestión muy lenta". Por ello, pidió que se eliminen los "elementos artificiales no empresariales que puedan impedir una buena fusión". En este sentido, Quintás instó a que no haya "interferencias políticas" y recordó que una fusión interregional necesita la autorización de "actores externos a las cajas" con la actual normativa, por lo que demandó que "alguien arregle el problema". Preguntado sobre si el Gobierno está buscando un consenso para eliminar las trabas a las fusiones entre entidades de distintas comunidades, Quintás dijo que no hay un acuerdo en ese punto y que "ni siquiera se está empezando a hablar de ello".
"Mi impresión es que [las autoridades] comprenden alguno de los problemas que nos está causando la legislación actual, y no sólo en fusiones", dijo Quintás. Asimismo, aseguró que en el caso en el que se diera una operación de estas características no será necesario "en principio" que haya una ayuda pública a una fusión, si bien, aprovechó para recordar que el Fondo de Garantía de Depósitos de las Cajas, que cuenta con unos 4.500 millones, se configura con dinero que aportan las entidades. "No es dinero público".
