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Chabolistas de ida y vuelta en el Polígono Sur

Aunque el segundo amago de los chabolistas del Polígono Sur de entrar por la fuerza en sus casas precintadas se quedó el viernes en nada, y volvieron de madrugada al asentamiento, en los conjuntos 8 y 12 de Luis Ortiz Muñoz nadie estaba tranquilo ayer. Temían que un regreso violento desate enfrentamientos.

el 16 sep 2009 / 04:13 h.

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Aunque el segundo amago de los chabolistas del Polígono Sur de entrar por la fuerza en sus casas precintadas se quedó el viernes en nada, y volvieron de madrugada al asentamiento, en los conjuntos 8 y 12 de Luis Ortiz Muñoz nadie estaba tranquilo ayer. Temían que un regreso violento desate enfrentamientos.

La treintena de chabolistas que el miércoles hizo un primer intento de romper el precinto policial e irrumpir en sus casas del Polígono Sur volvió el viernes después de que a un niño le dieran convulsiones por el calor del descampado en el que viven desde hace 77 días.

Después de llevar al niño al ambulatorio y saber que los temblores se debían a lo que los críos soportan en el insalubre asentamiento en el que viven, los ánimos se fueron calentando y decidieron ir a por todas: llegaron al Polígono y rompieron las puertas de dos casas, sin llegar a entrar porque la Policía Nacional lo impidió. Tras unos momentos tensos, la mediación del educador de calle Jorge Morillo, que les recomendó agotar las vías de presión pacíficas, fue lo que hizo que se volvieran al descampado, aunque muchos insistían en quedarse. La Policía les avisó de que si entraban tendrían que volver a expulsarlos, pero los agentes se marcharon a las once de la noche, lo que desconcertó a los vecinos.

Unas 300 personas huyeron del barrio tras un tiroteo en el que murió un joven por miedo a la venganza de la familia del fallecido. La Policía precintó 41 viviendas, y de aquí a septiembre se verá cuáles fueron compradas legalmente hace 5 años y cuáles no.

Pero los chabolistas no quieren esperar tanto, y amenazan con tirar las puertas en cualquier momento. Piensan que las casas son suyas y que están viviendo en condiciones infrahumanas sin razón. "Esto va a estallar en cualquier momento", repiten quienes trabajan con ellos.

En el barrio, esas intentonas se viven con miedo. El viernes algunos vecinos del Polígono Sur llegaron a salir de sus casas, asustados, pensando en pasar la noche fuera. Temían una carga policial, pero más aún que los chabolistas entraran en sus pisos y la familia del fallecido, que amenazó con vengarse, fuese a buscarlos y provocase un altercado como el tiroteo que ya hubo. Ayer reiteraban que si volvieran se pondría en peligro a todos los vecinos del barrio. "La familia del chico no quiere verlos aquí, es normal", decía un vecino de las ahora desérticas plazoletas en las que vivían, que asegura que al llegar los vieron portando armas. De hecho el miércoles, tras la primera intentona, parientes del fallecido se acercaron a preguntar qué ocurría.

Mientras la tensión aumenta, Ayuntamiento, Junta y Gobierno central no han acordado aún ninguna medida para mejorar su situación en el descampado -como llevarles agua- ni buscar una salida general a un problema que ya dura 77 días. Lo único decidido es que el lunes, los niños volverán a ir a un colegio por la tarde para ser evaluados e intentar que no pierdan por completo el curso.

Visita al Defensor prevista para mañana

Los chabolistas intentarán que el Defensor del pueblo Andaluz, José Chamizo, reciba sobre la marcha mañana lunes a una comisión para explicarle su situación y pedirle ayuda. Fue uno de los motivos de que declinaran su actitud el viernes. El educador Jorge Morillo les instó a que abordaran primero medidas de presión pacíficas, y ellos mismos habían barajado ya acudir al Defensor, al cardenal de Sevilla, al Ayuntamiento y a la Junta.

La visita está sujeta a una asamblea que celebrarán esta misma tarde en el asentamiento, en la que fijarán un calendario de movilizaciones y también qué harán en el caso de que sus pesquisas no les den los resultados que ellos esperan.

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