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Cien días de consejo... y lo que le queda

En tres meses y medio, el consejo del Betis ha dado la vuelta a un club vetusto que ahora está modernizándose. Su próximo reto, hallar nuevos miembros. José Antonio Bosch se descarta como presidenciable.

el 22 mar 2011 / 21:52 h.

Los siete miembros del nuevo consejo más el secretario, el 13-D.
El consejo de administración que salió de la junta extraordinaria de accionistas del 13 de diciembre cumple hoy cien días, tres meses y medio al frente de un club que Rafael Gordillo, José Antonio Bosch y sus cinco consejeros han vuelto del revés. En tan corto plazo, al nuevo consejo le ha dado tiempo de modernizar y profesionalizar algunas de las estructuras (director financiero, jefe de instalaciones y muy pronto cambios en el departamento de comunicación), garantizar el pago de las nóminas de la plantilla gracias a la firma de un patrocinio de 1,2 millones con Cruzcampo, empezar a revisar el contrato de RBB, conseguir el levantamiento del embargo de los derechos televisivos (200.000 euros al mes) y también, por qué no, salir airoso de la crisis deportiva que provocaron aquellas cinco derrotas consecutivas.

Hay más claros que oscuros en la gestión de un consejo que, además de sus dos cabezas visibles, integran Miguel Guillén, Eduardo González Biedma, Antonio José Sánchez Pino, Guillermo Sierra y Pablo Gómez Falcón. Pocos son hombres de fútbol, sí, y todos arrastraron la rémora de la provisionalidad hasta que la Audiencia Provincial confirmó las medidas cautelares de la jueza Alaya, pero poco a poco se adaptaron a las especiales circunstancias de un club como el Betis y a día de hoy, con el concurso de acreedores ya en marcha y a la espera del informe de viabilidad de los tres administradores, cuatro son sus retos pendientes. El primero, la consecución de nuevas fuentes de ingresos para garantizar la liquidez (que no liquidación) de la entidad en los próximos meses. El segundo, contribuir al ascenso del equipo, con lo que buena parte de los males pecuniarios del club quedarían resueltos. El tercero, depurar las cuentas del último ejercicio y celebrar al fin la junta ordinaria de accionistas correspondiente al año pasado. Y el cuarto, hallar savia nueva para que el consejo sea más grande y más fuerte.

La convocatoria de la junta sigue pendiente de que los auditores finalicen la revisión contable de las cuentas del anterior consejo. "Semana arriba semana abajo, nuestros plazos no varían mucho, pero no podemos someter las cuentas a la aprobación de los accionistas sin estar listos para explicar en qué se ha gastado hasta el último céntimo", alega el vicepresidente Bosch, que por cierto se quita del cartel como candidato a la presidencia: "Me sentiría honrado pero no soy el adecuado. Ha llegado el momento de encontrar un bético que venga a aportar al Betis y no a ver qué le aporta el Betis a él. Tenemos alternativas, pero no he hablado con nadie", indica el abogado, que admite que ser presidente "realmente es un marrón". "Yo represento el 51,34% de las acciones pero no soy el dueño, y eso no es normal. Hay cierta inestabilidad y eso asusta. Si hubiese una ampliación de capital, aparecería más gente. Aun así, confío en que hallemos al presidente adecuado. El perfil es alguien que aporte al Betis y que no necesite nada, ni proyección social ni dinero ni nada", detalla Bosch, que también introduce una posible novedad, la presencia de alguna mujer en el consejo: "Ya es hora", apunta.

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