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Cómo derrotar a la legionela

El Ayuntamiento activa un mecanismo de vigilancia para las torres de refrigeración

el 16 ago 2010 / 18:49 h.

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Sucedió un día de 1978 en un hotel de Estados Unidos. Se celebraba un acto tan americano como una convención de veteranos de guerra. 182 de ellos cayeron enfermos con un cuadro clínico variable, algunos con síntomas leves, otros con complicaciones más graves. La enfermedad, desconocida hasta entonces, se bautizó como neumonía por legionela, en honor a sus venerables víctimas, los legionarios.


Probablemente los sufridos veteranos de guerra estadounidenses padecían algún problema de salud previo, lo cual disminuía su capacidad de defensa frente a las infecciones, y los más graves tenían más de 65 años. Éste es el perfil más común de los enfermos graves por legionela. La bacteria no siempre actúa de la misma manera sobre las personas, pero los brotes graves pueden ser letales entre un 15 y un 30% de los casos. Por eso, y tras el fallecimiento el año pasado de cuatro personas por un brote localizado en la Macarena, en Sevilla se agudizan las medidas, pese a que en lo que va de año se han registrado sólo cinco casos en 2010. En el extremo opuesto se encuentran Murcia, con 650 casos desde 2001, Mataró, con 144 afectados en 2002 o Alcoy, que presenta, desde que se iniciaron los controles en 1997, más de 400 casos detectados.


En lo que llevamos de verano no se ha detectado ningún caso en la capital hispalense. Aún así, la Delegación de Salud y Consumo ha puesto en marcha un procedimiento de inspección para promover el buen uso de las torres de refrigeración. Las actuaciones consisten en una auditoría anual de todas las instalaciones y una inspección cada 18 meses de todas las instalaciones.


¿Y cuántas son? Ésta es la primera pregunta a la que tuvieron que responder. Se supone que los propietarios de las torres de refrigeración tienen que registrarlas en el Ayuntamiento. Pero, como indica la delegada de Salud y Consumo, Teresa Florido (PSOE), algunos no lo hacen y otros no comunican que dejan de ser propietarios, por lo que el registro es "muy variable". Así las cosas, lo primero que han hecho ha sido contarlas. "Hemos pateado las calles porque el Ayuntamiento tiene la obligación de tener un registro de las torres y había algunas, no muchas, que no estaban registradas", explica la delegada,. En total se han cuantificado 268 instalaciones.
Una vez localizadas, comienzan las labores de mantenimiento. Estos trabajos son cruciales, ya que la legionela se transmite por respiración de aerosoles o pequeñas gotas de agua contaminada, pues la bacteria encuentra su hábitat en aguas superficiales. No se transmite, por contra, por la ingestión del agua o por contacto de persona a persona.


Para que se den brotes graves tiene que coincidir que el tipo de bacteria sea virulenta, que tenga una vía de entrada a la torre de refrigeración y que estén expuestos a ellas individuos susceptibles de caer en la enfermedad. Pero, aunque no sea fácil que todas estas circunstancias confluyan, las torres deben mantenerse en buen estado. "La ley dice que la responsabilidad del mantenimiento la tienen los dueños", señala Florido, "aunque, como administración local, tenemos la obligación de formarlos para que se autocontrolen".


Estas labores de formación van a plasmarse por escrito en unas guías de buenas prácticas que, en principio, iban a empezar a circular en el primer trimestre de 2010 pero, según la delegada, "se están redactando". Dichas guías también se utilizarán en otro tipo de instalaciones como las piscinas.
Estas prácticas se completan con la asesoría en el cuidado de las torres de refrigeración a través de una línea directa de información que se pondrá en marcha el próximo mes de octubre. Este servicio se unirá al de los cursos de formación para los mantenedores, que se iniciaron en febrero de este año.


La delegación señala que es consciente de que, en los últimos años, los brotes de legionela que han saltado a la luz pública han sido muy virulentos, lo que ha causado un cierto estado de alerta en la población hacia esta enfermedad. Se debe, según explican, a que "aparece de forma brusca, con una mortalidad elevada y, además, es relativamente reciente, lo que produce una repercusión mediática muy alta".
A esto se une un nuevo hándicap en lo que se refiere a la necesidad de mantener informados a los ciudadanos. En muchos casos, la aparición de la enfermedad se ha asociado a problemas generados en instalaciones deportivas o de establecimientos hosteleros, por lo que, según la delegación de Salud y Consumo, "puede tener importantes repercusiones económicas sobre la empresa afectada y sobre la ciudad en sí". Por ello, hacen especial hincapié en "la prevención, actuando de forma responsable y consciente con todas las medidas a su alcance".


La investigación sobre esta enfermedad moderna avanza por el camino de la prevención. Sus primeras víctimas, los veteranos estadounidenses, estaban lejos de imaginar que su reunión en un hotel americano podía hacer estallar otra guerra, esta vez, contra una bacteria.

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