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Cómo estudiar dos bachilleratos a la vez

El bachillerato internacional es una vía de estudios paralela a la oficial que permite acceder a la universidad sin hacer la Selectividad. Sólo dos institutos en Sevilla lo imparten, el público Martínez Montañés y el privado San Francisco de Paula, que ha presentado la candidatura de Sevilla como sede del primer congreso de esta enseñanza en España, que espera reunir en octubre a más de 400 escuelas.

el 16 sep 2009 / 03:24 h.

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El bachillerato internacional es una vía de estudios paralela a la oficial, pero desde hace dos años está homologada, de manera que un estudiante de 18 años que haya realizado este curso de dos años puede acceder a la universidad sin tener que presentarse al examen de Selectividad. Hay sólo dos institutos en Sevilla que lo imparten, el público Martínez Montañés, de Nervión, desde hace 20 años, y el privado San Francisco de Paula. Este último ha presentado la candidatura de Sevilla para ser la sede del primer congreso de bachillerato internacional en España, que el próximo octubre aspira a reunir a más de 400 centros escolares, para invitarles a que se sumen a la red de escuelas que ofertan estos cursos. En el país hay 46, más de la mitad públicos, aunque ahora hay 11 candidatos en observación para poder integrarse y otros 17 han mostrado su interés. En todo el mundo hay 2.500 centros con bachillerato internacional en 135 países, combinando 50 idiomas distintos con el inglés, francés y español: más de 600.000 estudiantes.

Sin embargo, no todos los alumnos pueden estudiarlo y no todos los profesores pueden enseñarlo. El sistema se complementa con el oficial, pero exige un sobreesfuerzo: los estudiantes imparten entre un 7 y un 15% más de clases que sus compañeros (una hora diaria cada semana por las tardes), y los docentes, por tanto, tienen que ampliar su horario. La mayoría decide cursar los dos bachilleratos a la vez porque el acceso a la universidad a través del bachillerato internacional, de momento, no compensa demasiado. La equivalencia de notas juega en contra. Los estudios están diseñados, coordinados y controlados por la fundación Bachillerato Internacional, que decide qué centro está capacitado para ofrecer unas enseñanzas tan exigentes. Para ello somete a los colegios aspirantes a una rigurosa observación que dura dos años.

Los candidatos envían su solicitud a Ginebra, donde tiene su sede la fundación, y ésta les manda a sus expertos, encargados de analizar si las instalaciones, el programa educativo y los profesores están a la altura. Hay una serie de requisitos, principalmente pedagógicos, que más bien son principios educativos universales. Éstos hablan de la individualidad del alumno y de su aprendizaje personal, pero, en realidad, la filosofía del bachillerato internacional no difiere mucho de la que pudiera ofrecer el Ministerio de Educación del sistema de enseñanza español. O de cualquier otro país. Una educación liberal que forme a los librepensadores del mañana, se podría resumir. Puede que las diferencias entre los dos sistemas estén en el grado de exigencia que impone la fundación, un organismo externo e internacional que evalúa a los profesores que dan clase y a los alumnos que se examinan.

Ese nivel de exigencia también se proyecta en los requisitos de las instalaciones del colegio aspirante, la financiación que necesita para implantarlo y la formación paralela a la que han de someterse los profesores. Los docentes tienen que involucrarse más allá del compromiso que ya tienen con la administración, en caso de ser públicos, o del propietario del centro, si son privados. Deben hacer cursos de formación para adaptarse a la estrategia pedagógica del bachillerato internacional, aparentemente más exigente que la del bachillerato convencional. "Es un reto para la escuela, y eso comporta un esfuerzo añadido del profesorado. Pero es que si seguimos dando clases como hace 20 años, el niño se sentirá ajeno", explicó ayer Luis Rey Goñi, director del San Francisco de Paula, durante la presentación en Madrid del congreso en Sevilla. Al final, los colegios admitidos que se integren en la red de bachillerato internacional deben pagar una tarifa anual de unos 7.200 euros al año, que debe abonar o bien la administración o bien el titular del centro.

Así no es extraño que, en los más de 30 años de existencia de la fundación Bachillerato Internacional, sólo dos centros de Sevilla impartan estas enseñanzas. El San Francisco de Paula, que las ofrece desde Secundaria a Bachillerato, ha logrado anteponer la candidatura de Sevilla como sede del congreso por encima de otras capitales de Europa, África y Oriente Próximo. Ninguna otra ciudad española aspiró a reunir a los más de 400 directores de colegios que se esperan en el congreso de Sevilla. El evento tendrá lugar del 13 al 16 de octubre y serán invitados representantes del Ministerio de Educación, consejerías y delegaciones del ramo.

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