Economía

Con más IVA en el carro de la compra

El barrio sevillano de Villegas hace su particular debate sobre el aumento fiscal, y la queja es generalizada. El bolsillo duele

el 29 sep 2009 / 20:15 h.

Se han pronunciado los políticos, la oposición se ha cebado con sus críticas, y hasta "inútil" ha llamado al Gobierno. ¿Qué opinan los ciudadanos sobre la subida de los impuestos? Sensación de malestar generalizada.

Que a nadie le gusta el alza impositiva es en estos días uno de los pocos clichés que atiende fielmente a la realidad. Aunque aún queda algún resignado que se encoge de hombros, cuando lo que costaba ayer cinco hoy cuesta cinco y pico, duele a todos el bolsillo por igual. Ésta es al crónica de una jornada de compras ayer en el sevillano barrio de Villegas.

Cobra 600 euros al mes y tanto su hija como su yerno están en paro. Son las variables que Ana María Palomo tiene que introducir en la fórmula de la lista de la compra que se afana en resolver ante el primer puesto de pescado del mercado de Villegas. Ahora, con lo del IVA surge una nueva incógnita a despejar, la de llegar a fin de mes. "Lo único que puedo hacer es gastar menos", afirma. "Lo último en lo que recortaría sería en la comida, pero habrá que ajustarse y quitar lo menos imprescindible".

El pescadero que le atiende está especialmente molesto. Manuel Segura recuerda los tiempos en los que no se podía pasar por la plaza. "De 35 puestos que había aquí ya han cerrado cinco y como siga así para diciembre no va a haber ni la mitad", opina. Desde luego, es un detractor claro de la subida de impuestos. "El Gobierno se va a llevar 50 euros de cada uno al final de mes. Eso los ricos no lo notan, pero mis clientes y el comercio, sí", se queja.

Y es que los autónomos están especialmente preocupados. "Estamos hasta arriba de impuestos", asegura Josefa Márquez, joven dueña de uno de los establecimientos de comestibles varios del mercado. "Y cuando nos suben el IVA, el cliente sale el doble de malparado, ya que para que los comercios no salgamos perdiendo tenemos que subir un poco más los precios", señala. Es un circulo vicioso difícilmente salvable. Cuando al dueño de la tienda de comestibles le suben los costes, si los traslada tal cual a sus precios no sale compensado, ya que presumiblemente va a haber menos ventas.

No todos lo ven tan negro. Dolores Martínez hace una distinción y aboga por los grises. "Yo, por ejemplo, lo voy a notar poco, porque tengo un sueldo estable y he terminado de pagar la hipoteca, para otros, como los jóvenes o los pensionistas, sí va a suponer más problema", considera. "Mis hijos están pagando su casa y lo van a notar en el día a día, seguro".

Las opiniones siguen siendo mayoritariamente negativas aunque el marco sea otro. En un supermercado cercano las expresiones de descontento se repiten. No en vano, según auguran las cajeras, en unos días el IVA "será el tema de moda entre las colas de clientes".

David Cabrera y Mari Carmen Bueno llevan el carro hasta arriba, a pesar de las dificultades económicas. "No me parece nada bien. A nosotros nos va a afectar bastante, porque estamos los dos en paro", apunta David. "Si ya nos quitamos de cosas, ahora encima vamos a tener que comprar sólo lo de primera necesidad".

Por otro lado, Lola Parra hace hincapié en la progresiva polarización de nóminas e impuestos. "Los sueldos no suben y las cosas cada vez están más caras. Ahora lo notaremos, pero a largo plazo será aún peor", sentencia.
Y en la tienda de barrio, la de toda la vida, el asunto tampoco se ve de manera diferente.

"Esto está fatal. Los sueldos son bajísimos. Todo está caro. Se te van en nada 50 euros". Los ingresos de Milagros Trujillo resultan de juntar su pensión de discapacidad con lo que saca su marido del pequeño negocio que regenta. "Ni vamos a bares y, mucho menos, nos damos lujos y aún así tenemos que estar dejándole a deber a la farmacia o al tendero. Incluso pagarles poco a poco", lamenta Milagros.

El tendero lo corrobora. Es Paco Ruiz, que, tras 43 años consagrados a su bien aprovechada tienda de la barriada de Begoña, es un experto en la materia. "Los que chocamos con el IVA somos los comercios pequeños", explica. "Tenemos que adaptarnos al cliente. Yo no voy a poder poner precios más caros hasta que lo vuelvan a subir otra vez y ya pueda redondear. Mientras tanto le pierdo, claro", asegura. No obstante, considera que los clientes seguirán, en general, siendo fieles a dos líneas de artículos, los de primera necesidad y los de caprichos o vicios, como el alcohol y el tabaco. El consumo es así.

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