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Condenado un director de banco de Lebrija por crear un 'banca paralela' y desviar 351.486 euros de 59 clientes

el 16 ago 2010 / 09:20 h.

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El Tribunal Supremo ha confirmado, con una ligera rebaja en la pena de cárcel, la condena al director de un banco de Lebrija (Sevilla) que creó una "banca paralela" para lograr los objetivos de productividad, lo que luego le obligó a desviar 351.486 euros de 59 clientes para cubrir inversiones fallidas.

El Tribunal Supremo, en una sentencia a la que ha tenido acceso Efe, explica que el acusado, aprovechando sus 46 años de trabajo en el sector y como director de la sucursal de Lebrija desde 1990, aprovechó la confianza que los clientes para invertir su dinero "en productos financieros distintos a los que realmente querían contratar".

El Supremo confirma el fallo dictado en su día por la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla, si bien rebaja la condena total de cuatro años y nueve meses de cárcel por delitos de apropiación indebida y falsedad en documento mercantil a tres años y seis meses al aplicar la atenuante de "confesión y colaboración con la justicia".

Admite el Supremo tal atenuante porque el acusado, si bien en sus primeras declaraciones negó algunos aspectos de lo sucedido, finalmente ante el juez de instrucción, en una comparecencia del 14 de septiembre de 2006, "reconoció sin ambages" los hechos y explicó la operativa de su "banca paralela".

Según la sentencia, el acusado invertía el dinero de sus clientes en fondos de inversión mejor remunerados y "mas arriesgados" que los depósitos a plazo fijo que le pedían, lo que le permitía prometer beneficios adicionales.

Como soporte documental, entregaba a sus clientes unas cartillas originales del banco, destinadas en principio a amparar cuentas corrientes y no los productos que realmente tenían contratados, en las que realizaba a máquina los diferentes apuntes contables, "consiguiendo de esta forma mantener la confianza de los inversores".

Estas maniobras fueron realizadas entre 1998 y 2005, pero "como quiera que las inversiones no arrojaron el resultado esperado", cuando los clientes reclamaron sus inversiones el acusado extrajo el dinero de cuentas corrientes de otros usuarios, de forma que en total dispuso de 351.486 euros procedentes de 59 clientes.

Parte del dinero obtenido, en concreto 11.656 euros, el acusado lo conservó para sí mismo y lo ingresó en una cuenta que estaba a nombre de su hija minusválida, que era ajena a las maniobras de su padre, añade la sentencia.

Como consecuencia de la actividad del imputado, el banco tuvo que devolver a sus clientes afectados un total de 754.756 euros y además el director, gracias a esta operativa, "consiguió alcanzar los objetivos de productividad que tenía marcados" y disfrutó de incentivos en forma de cruceros, especie o metálico, por valor de 33.141 euros.

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