Fue construido a finales del siglo XVI y reconstruido en el XVIII. Tras la demolición de buena parte en 1974, el nuevo monumento sólo conserva la iglesia, la portería y su espadaña de ladrillo y azulejería.
El nombre popular del recinto se debe a sus fundadoras, que fueron las hermanas Luisa, Catalina, Ana y Francisca Marroquí, descendientes de una de las más antiguas familias de la ciudad de las torres. Bendecido en 1596, se encomendó a la Orden Concepcionista Franciscana.
Se da la circunstancia de que tras el terremoto de 1755, se reconstruyeron las bóvedas del coro bajo de la iglesia y el torreón con un mirador en la portería. En la parte del convento, las nuevas dependencias construidas a finales del siglo XX mantienen en sus formas los esquemas arquitectónicos tradicionales, con la reutilización de algunos materiales originales.