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«Cuando empezamos no había ni basureros»

El 3 de abril se cumplirán 30 años de las primeras elecciones municipales de la nueva democracia. Justo Padilla (PSOE) y Juan Manuel Sánchez Gordillo (IU) son dos de los tres únicos alcaldes de Andalucía que llevan ininterrumpidamente en el poder desde 1979.

el 16 sep 2009 / 00:03 h.

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-La democracia llegó en el último lugar a los pueblos, ¿cómo recuerdan esos últimos años de convivencia con alcaldes heredados del franquismo?

-Justo Padilla (J.P.): Guillena había tenido un alcalde muy radical de derecha, pero cuando se vislumbró el cambio, el Gobierno de Adolfo Suárez tuvo la habilidad de poner uno de transición. Por ello desde 1976 nosotros nos sentábamos ya a tomar decisiones para facilitar la entrada de la democracia. Tuvimos capacidad de decisión incluso antes de las elecciones generales de 1977.

-Juan Manuel Sánchez Gordillo (J.M.S.G.): Se creó por entonces el primer sindicato del campo y, aunque no hubo cambios en el gobierno local, sí nos movíamos. Los gobernadores civiles repartían el paro comunitario según el grado de movilización que hubiera en cada pueblo. Pronto aprendimos aquello: peleábamos con encierros y huelgas y entonces venía el dinero y nos tranquilizaban, hasta que se acababa y volvíamos a empezar.

-¿Qué se encontraron cuando tomaron posesión?

-J.M.S.G.: Había cinco millones de pesetas de presupuesto municipal y tres de trampa. No había ni servicio de recogida de basura, por lo que tenía que limpiar todo el mundo. Los ediles empezamos los primeros. Nos llamó también la atención la cantidad de fichas policiales que encontramos en el consistorio, controlando al día a la gente que alguna vez se había movido.

-J.P.: Nuestra entrada fue de sorpresa. Ni siquiera había hecho campaña electoral. Eso me hace pensar ahora cuando hay campaña electoral y se gasta dinero en ello, porque entonces no nos hizo falta ni poner un cartel.

-¿Les costó mucho coger las riendas del gobierno local?

-J.P.: Empecé por ponerme al día y fui a estudiar al Instituto de Administración Local en julio para aprender la ley. Pero no era para aplicarla, sino para bordearla. Hay que tener en cuenta que teníamos la legislación franquista y la soportamos hasta que se aprobó la Ley de Bases del Régimen Local en 1985.

-¿Qué incongruencias había?

-J.P.: El alcalde tenía la capacidad de detención de 72 horas en casos excepcionales, por ejemplo, porque mantenía el mismo poder que el gobernador civil, pero sólo a efectos de represión porque no era ni legislativo ni de otro tipo. Ya al segundo año se declararon inconstitucionales más de 70 artículos, pero la nueva ley no llegó hasta después.

-En Marinaleda pusieron en práctica un sistema muy particular de política local...

-J.M.S.G.: Llevábamos el lema de que el mejor alcalde es el pueblo y adoptamos un sistema de tomar las decisiones por asamblea porque teníamos la experiencia de que eso funcionaba. Todo, desde la subida o no de los impuestos hasta la aprobación del presupuesto municipal.

-¿Qué necesidades más urgentes había en los municipios?

-J.M.S.G.: Necesidades muy básicas que empezamos a atender con los escasos medios que había. El mayor problema era el paro. También se usaron las cartillas agrícolas para que las mujeres se incorporaran de pleno derecho al campo. Tuvieron un papel fundamental en el proceso. Basta recordar la huelga de hambre de los 80, que duró 13 días en pleno agosto, y donde ellas eras la que aguantaban cuando los hombres se venían abajo.

-J.P.: En Guillena era similar a Marinaleda entonces, pese a que estuviéramos cerca de Sevilla, porque éramos un pueblo eminentemente agrícola, aunque ahora seamos la quinta potencia industrial de la provincia. Poseíamos fincas de regadío, sierra y vega y las pusimos en explotación para garantizar que, independientemente de su producción, todo el mundo tuviera la cartilla agrícola, porque eso permitía el acceso, sin depender de la benificiencia, a la sanidad, que todavía no era universal. La mayoría de los que hoy tienen más de 50 años en el pueblo firmaron en su día la cartilla agrícola.

-¿Les recuerdan esos problemas a los de la actual crisis?

-J.M.S.G.: Sí. No está llegando sólo la gente que siempre ha pedido, sino personas que trabajaban en la construcción por ejemplo y que ahora no tienen para la hipoteca o para pagar la cartilla agrícola. En esta situación no se está atendiendo para nada al mundo rural, ni siquiera con los fondos anticrisis.

-J.P.: No sólo me recuerda a aquellos primeros años, sino que la situación actual me parece infinitamente peor. La situación antes era muy precaria, cuando la gente vivía de las peonadas, pero las necesidades también eran muy básicas y se cubrían con muy poco. Las necesidades que la sociedad ha generado en estos momentos son distintas y no pueden cubrirse tan fácilmente. Pongo un ejemplo, internet, que es básica para obtener información cualquier estudiante? Son instrumentos con unos costes que no había antes, o por ejemplo, las hipotecas. Nosotros repartimos en su día cientos de solares donde la gente se construyó su propia vivienda. De hecho puedo decir que hasta hace unos años en Guillena no había ninguna hipoteca prácticamente, pero ahora la situación es bien distinta.

-¿Se ha avanzado suficientemente en el municipalismo?

-J.M.S.G.: Muy poco. Ni al PP ni al PSOE le ha interesado que hubiera municipalismo activo, en mi opinión, porque pensaban que eso podía propiciar que llegara una izquierda más movilizadora y revolucionaria, que sólo puede empezar en los ayuntamientos. Es incluso peor porque antes la cofinanciación con otras administraciones implicaba que llegaran hasta el 80% y ahora, como mucho, al 50%. La democracia se reforzaría mucho si tuviéramos competencias y dinero y no sentirnos como pordioseros.

-J.P.: Es una asignatura pendiente. Cuando a veces hablo con algún parlamentario que no vivió la transición, ni siquiera el principio de la democracia, se lo tengo que recordar: Andalucía goza de una autonomía plena gracias a los ayuntamientos porque para que ésta se consiguiera el 70% de los consistorios debía pedirla.

Puede leer la entrevista completa en la edición impresa de El Correo de Andalucía.

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