Desde que los equipos grandes impusieron las eliminatorias a doble partido, el factor sorpresa que imperó cuando se jugó la Copa del Rey a partido único casi ha desaparecido. Se ha cambiado la emoción del fútbol por el interés que actualmente sólo despierta esta competición en sus rondas finales. Sigo pensando que jugar este torneo como lo hacen los equipos ingleses y cómo se hizo aquí durante algunos años es darle interés, emoción y posibilidades a los más pequeños para gozar de un fútbol que debería ser de todos.
El partido que esta noche se celebra en la fría capital del Bierzo ante la Ponferradina debe ser un mero trámite para el Sevilla. Y más, cuando siempre cabe la posibilidad de enmendar cualquier error en el partido de vuelta, el que se disputará en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Entrar en dinámica ganadora, seguir adelante en una competición tan ilusionante como la Copa del Rey, debe ser el objetivo sevillista en este torneo y esta primera aparición un mero trámite de obligado cumplimiento y la posibilidad de ver a varios jugadores de la plantilla que necesitan ritmo minutos y que en el campeonato de liga no lo han tenido hasta el momento.
