Otro sevillano de la misma generación y de similar fuerza creativa que Abraham Lacalle podría ser Curro González (Sevilla, 1960), que culmina uno de sus mejores años con la exposición que el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC) inauguró ayer sobre su última obra. A esta muestra, Estudio de noche, González suma El final de la línea (actualmente en la galería Rafael Ortiz de Sevilla) y la muestra de sus obras El enjambre I y II en la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla (Biacs3). En la exposición de Málaga, el artista muestra un renovado impulso narrativo que está presente en su escultura para completar así la serie de pinturas de la exposición, haciendo especial incidencia en una interpretación llena de humor sobre su situación personal y su propia trayectoria creativa. El sevillano hace un repaso, no sin cierta nostalgia, de lo que fue su estudio en el barrio del Arenal de Sevilla, a través de unas pinturas en donde muestra sus fetiches.
