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De los aplausos al abucheo público

Todos cuestionan ahora la alabada gestión del ex director de Mercasevilla al destaparse las supuestas irregularidades

el 24 oct 2009 / 21:35 h.

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¿Qué se esconde tras esa media sonrisa y ese aire tímido? ¿Un gran gestor o un encantador de serpientes? Fernando Mellet ha pasado de ser un hombre brillante, de éxito, capaz de levantar una empresa pública que estaba en números rojos, a ser la mancha de un partido que ahora le cuestiona en público, alguien con quien nadie quiere verse vinculado. Una deshonra.

Sin embargo, las vinculaciones están claras y las páginas de los periódicos son un testigo mudo, pero fiel. Fernando Mellet llegó a Mercasevilla de la mano del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, uno de los que luego se le llenaría la boca de flores y halagos al ahora cuestionado gestor. Era junio de 2002 y Mellet, ese abogado laboralista de CCOO, aterrizaba en Mercasevilla tras la dimisión de José Espada al destaparse una deuda de 2,5 millones de euros por no cobrar a morosos. Él fue el elegido, quien tendría que levantar las cuentas.

Dura tarea, pero no necesitó más que un año para lograr que por primera vez en su historia Mercasevilla obtuviera beneficios de explotación. Entonces todo eran aplausos, palmaditas en la espalda y apoyo público al cerebro que dio la vuelta a unas cuentas en rojo. Tres años después no quedan ni rastro de unas alabanzas no sólo de Monteseirín, sino también del primer teniente de alcalde y vicepresidente de la entidad, Antonio Rodrigo Torrijos, quien en una visita a las instalaciones agasajó a Mellet y su gestión por los 300.000 euros de beneficio que logró la entidad, unas cuentas a las que le han salido goteras según la auditoría de Deloitte, encargada por Mercasevilla tras destaparse el caso. Eran los días en que Mellet se paseaba por las calles del mercado central orgulloso, mostrando a todos su impecable trabajo, mientras saludaba por su nombre a todos los mayoristas que se iba encontrando a su paso, quienes le respondían con un caluroso apretón de manos.

Pero la imagen del hombre inteligente, brillante, controlador, trabajador, no duró al final mucho tiempo. El espejo sobre el que se reflejaba el gestor perfecto empezó a resquebrajarse, hasta que el 17 de febrero se hizo añicos. Mellet dimitía con una auténtica ceremonia de la confusión. Nadie esperaba que el hombre que en siete años había llevado a Mercasevilla al mejor momento de su historia se marchara. Con la siempre buena excusa de los motivos personales el Ayuntamiento intentó tapar en falso un grano, que al final acabaría saliendo. El Consistorio sabía que a la Consejería de Empleo había llegado una cinta que sacaba las vergüenzas de su hombre estrella. En ella se oía como él y su adjunto, Daniel Ponce, reclamaban 450.000 euros a los empresarios de La Raza como "donativo" si querían hacerse con la gestión de la Escuela de Hostelería. La Fiscalía abrió una investigación, y el grano explotó: Mellet se marchaba de Mercasevilla con un sigilo que no duró mucho.

El silencio se rompió. El escándalo se publicaba en la prensa un 31 de marzo y, a partir de ahí, los hechos se sucedieron uno tras otros sin que nadie pudiera pararlos. El cerebro que ideó medidas como la mascota de Mercasevilla, que logró que el juez Baltasar Garzón pronunciara una conferencia en el seno de la Fundación Mercasevilla, el hombre que nunca había sido cuestionado ni por el PP, era tiroteado en público. Cuentas inexactas, un agujero de 1,1 millones de euros en la Fundación, una posible venta irregular de los suelos a Sando... Un escándalo tras otro que han ido cogiendo al Gobierno municipal con el paso cambiado y casi sin poder reaccionar. El PP tenía mucha carne para echar en el asador, y rápidamente comenzó a atacar cabos. El foco de nuevo alumbra sobre la agrupación Macarena del PSOE, de donde Mellet proviene y con cuya dirección se le vincula.

Pero la cosa no queda ahí. Una hermana suya es trabajadora social de Unidad, "desde donde se emitían los faxes sobre cómo falsear facturas", se apresuró a recordar el portavoz popular, Juan Ignacio Zoido. Eran los primeros nombres con los que se le vinculaba, a los que se le ha añadido otros de confianza del alcalde, como Mellet reconoció ante al juez del caso, como son Gonzalo Crespo y Domingo Enrique Castaño (también relacionado con Unidad).

Ocho meses después, el PSOE se querella contra Mellet, contra esa estrella que tocó Mercasevilla, pero que acabó estrellado. Fuera del partido, de la empresa, Mellet dice estar "pasándolo muy mal", lo que acredita su extrema delgadez. Pero él se guarda un as en la manga contra los que ahora no quieren ni verlo: ha repartido culpas ante la juez. "Si él está imputado por la venta del suelo, también deben caer muchos más", apunta su defensa, aunque la baraja la maneja la juez.

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