Después de encadenar tres derrotas ante Levante, Real Madrid y Rayo –amén del 1-1 en casa previo ante el Getafe–, los empates ante Espanyol y Racing sumieron a los béticos en una profunda depresión. No era para menos, pues el Betis de las rachas había entrado otra vez en dinámica negátiva (6 partidos seguidos sin ganar, 3 puntos de 18) ahora que la Liga encara su tramo decisivo y muchos se temían lo peor.
El triunfo en Málaga, sin embargo, ha dado un giro radical al ánimo de los béticos, que ahora ven la permanencia mucho más al alcance pese a que la diferencia con el 18o sigue siendo de 7 puntos (más el goal-average, eso sí), mientras que con los dos últimos las distancias se van ya a los diez puntos y empiezan a parecer insalvables. Siete puntos son muchos o pueden no ser nada, sobre todo si está el Betis de por medio, como ya se comprobó en 2009, así que los mejor que pueden hacer los verdiblancos es tratar de aumentar o cuando menos mantener ese mullido colchón que tienen en los dos próximos enfrentamientos ante rivales directos como el Villarreal o la Real Sociedad.
Un mínimo de cuatro puntos en esos dos partidos dispararían al Betis hasta los 39 que pueden sobrar para la permanencia, aunque para ello los verdiblancos deberán batir el récord de jornadas seguidas sin perder de la temporada, fijado en las cuatro primeras, que se contaron por triunfos. Luego, nunca han estado más de tres partidos seguidos sin perder. La ocasión es que ni pintada para lograrlo ahora.
