Cofradías

Del ocaso en San Lorenzo a la aurora de Santa Marina

La primera estación de penitencia a la Catedral de la hermandad del Sol es la gran novedad de este Sábado Santo,marcado por el halo de melancolía que deja el final de la Semana Santa tras escuchar la última saeta a la Soledad.

el 03 abr 2010 / 12:22 h.

La Virgen de la Soledad a su salida de la parroquia de San Loerenzo.

La nostalgia trae consigo alocaso de la Semana Santa. Llega la jornada del fin, del cierre de la pasión desbordada que se havivido por las calles de Sevilladurante los cuarenta días que han articulado la chicotá de la víspera en la Cuaresma. Y aunque todo sea una paradoja del destino habrá que esperar hasta la última jornada para disfrutar del gran estreno de la Semana Santa, la cofradía número 60: el Sol que el Plantinar le regala a Sevilla.

Por ser la novedad del día es recomendable verla por cualquier punto de su recorrido. Eso sí, intente pararse y contemplar un cortejo lleno de simbolismo desde el inicio, y no pierda detallede todos los ritos que la hermandad prevé recuperar paraSevilla en su estación de penitencia. Por ser su primer año, y si puede acceder a la Carrera Oficial, contemple el estreno en Campana de la cofradía hasta su entrada en la Catedral. Son tradiciones que aún están por escribirse pero no se pierda el transitar de los nazarenos de ruán verde por el barrio de San Bernardo a su regreso al  Plantinar.


Cuando caiga sobre la ciudad la oscuridad de la noche, observar al Varón de Dolores y el palioverde del Sol por callejuelas estrechas como Santo Rey, San Bernardo o Campamento será uno de los instantes más inolvidablesde este Sábado Santo de estreno.

Si es de los que aún a estasalturas de la semana sigue cumpliendo
con tradiciones, será de los que contemple la restauraciónde la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Providencia de los Servitas en la plaza de San Marcos. Realmente no hay una estampa más bonita en este Sábado Santo que ver el paso de la Piedad, que este año estrena repostero en lugar del monte de flores, con la piedra del templo mudéjar de fondo. Allí podrá disfrutar de un cortejo que irradia clasicismo por todos lados y delrepertorio musical de la Virgen de la Soledad, toda una deliciapara los oídos.

Por no perder este ambientede nostalgia y recogimiento, puede acudir a la calle Alfonso XII a ver salir al Santo Entierro. Es un cortejo que por la vistosidad que le otorgan las representaciones civiles y religiosas que le acompañan merece la pena disfrutar en esa primera parte del recorrido antes de que entre en la Carrera Oficial. No pierda la oportunidad de descubrir el rostro desconocido dela Virgen de Villaviciosa en el paso del Duelo, su mirada es el mejor reflejo de la muerte del Señor, que, a veces, pasa desconocida entre las figuras secundarias que componen el últimopaso de la cofradía. La Hermandad de la Trinidad pone el contraste a esta jornada. Sus túnicas de capa y el carácter infantil que la da su vinculación salesiana impregnan a Sevilla del aire de barrio cofrade que inunda los últimos suspirosde la Semana Santa.

Si vajunto a la familia puede ver a la hermandad en su recorrido de ida por las zonas aledañas al Santuario de los Gitanos o en zonas amplias, como la Encarnación. No pierda detalle del primerode sus pasos, el del Decreto, que este año estrena la restauración de la capa pluvial de Dios Padre y del arcángel San Gabriel. Será una estación muy especial para la cofradía trinitaria que conmemora el cincuenta aniversario de la primera salida de la Virgen de la Concepción en el misterio de las Cinco Llagas como titular de la hermandad.

El final de su día debe estar en San Lorenzo. Es otro de esos tópicos cofrades que no por serlo es menos hermoso y recomendable. Llegue con tiempo y disfrute porque cuando vuelva a ser consciente todo habrá tocado a su fin. Con toda la plaza a oscuras, el paso de la Soledad será un ascua de luz que irradia su candelería en una ciudad que por entonces enmudece, y cuyo silencio sólo se rompe por la voz entrecortada del saetero que reza cantando a la Soledad. Cuando el reloj de San Lorenzo toque la medianoche, el crujir del portón del templo marcará el fin de la jornada. No se extrañe si un halo de melancolía recorre su mente. Todo está tocando a su fin, pero no desespere, todavía le queda la esperanza de ver a la Resurrección rompiendo la noche en Santa Marina y el dulce rostro de la Virgen de la Aurora paseando en el alba de un nuevo día con su nuevo manto, techo de palio y faldones de color azul real, que serán el gran estreno de la hermandad para este año. Suena Amarguras y el sol inunda la vieja calle Real, hoy de San Luis, en la mañana del  Domingo de Resurrección. Todo se consuma, es el final de una nueva Semana Santa.

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