Local

Desalojo solo por limpieza

El Ayuntamiento, con un fuerte dispositivo policial, desinfecta una casa en Nevión llena de basura a la que podrían volver sus ocupas. Hay orden judicial para limpiarla, pero no para desalojarla pese a la denuncia del dueño, que no fue informado ayer

el 15 may 2014 / 23:31 h.

TAGS:

ss Los ocupas de esta casa en Nervión, ayer tras ser desalojados temporalmente. / J.B. A las nueve de la mañana de ayer los vecinos de Beatriz de Suabia se sorprendían por el dispositivo policial y por los servicios municipales que se concentraban alrededor de la casa número 62. Efectivos del Zoosanitario, de la Policía Local, tres furgonetas de la Policía Nacional, agentes de la Unidad Adscrita de la Junta de Andalucía, servicios sociales y Lipasam. El motivo: la limpieza de esta casa ocupada por tres familias de nacionalidad rumana que, en principio, podrían volver a ocupar ilegalmente esta casa de dos plantas en pleno barrio de Nervión cuando terminen las tareas de la triple D; desinfección, desinsectación y desratización. Así se lo comunicaron los servicios municipales. No se trató de un desalojo, como explicó el Ayuntamiento a este periódico. La gran acumulación de basura y la aparición de insectos y ratas provocaron las quejas de los vecinos, de ahí que la Policía Local redactase un informe certificando las malas condiciones de la vivienda en la que viven seis menores. En total, según contaron los propios residentes, en este chalet habitan tres familias, «alrededor de veinte personas». Siguiendo el protocolo específico, se realizó una inspección higiénico-sanitaria que confirmó la existencia de condiciones de insalubridad Por eso se llevó a cabo ayer la retirada de residuos y las tareas de desinfección, desinsectación y desratización, una vez que el Ayuntamiento obtuvo la oportuna orden judicial. No hay, en cambio, una orden de desalojo de la vivienda por ocupación ilegal, por eso los servicios sociales aseguraron a estas familias que, una vez terminada la limpieza, «en uno o dos días», podrían volver. Ni siquiera les permitieron sacar sus pertenencias, si bien en un primer momento se les dijo que podían llevarse ropa. A final de la mañana, cuando la operación de limpieza aún no había terminado, fuentes policiales (que no abandonaron el lugar) aseguraron que los servicios de Lipasam ya habían llenado más de diez furgonetas con residuos. Y es que la basura imperaba, sobre todo, en el patio trasero de la casa y en una de las habitaciones, aseguraron. Mientras, el dueño de este inmueble, Miguel Rodríguez, contó a esta redacción que no fue informado de la operación para el saneamiento de la casa ni del desalojo temporal de sus ocupantes. «Me enteré por un vecino, pero oficialmente no me han dicho nada, así que no voy a hacer nada», indicó lamentando la actitud del Ayuntamiento. «Si me pregunta si voy a tapiar ahora la casa ya que está vacía, pues no lo sé porque no me han informado de nada. Ni sé qué hacen, ni cuándo acaban ni si me van a pasar luego el recibo. Solo sé que los vecinos se habían quejado por la gran cantidad de basura que se estaba acumulando en la casa desde que fue ocupada ilegalmente por estos rumanos y solo sé que yo he denunciado en varias ocasiones la ocupación ilegal de la vivienda. Pero en todo este tiempo nunca nadie ha hecho nada», criticó Rodríguez. Este empresario, además, sostuvo que no piensa gastar dinero, a no ser que se lo pida el Ayuntamiento, en tapiar la casa o ponerle cerrojos a puertas y ventanas, ya que «podría pasar pronto a manos del banco». «Estoy negociando para intentar que no me la quiten, pero podría ejecutarse el embargo pronto», comentó Rodríguez, que también es dueño de la casa de al lado, en la que ya cuelga un cartel anunciando una próxima promoción de garajes y viviendas. Con todo, la veintena de personas que vivían en la casa salieron de ella en la mañana de ayer –sin poner ningún tipo de resistencia– sin saber con certeza si podrían volver. «Nos han dicho que sí, que podemos seguir aquí esta noche o mañana, pero no nos explican más», contaba uno de ellos. La matriarca también apuntó que tenían dinero para poder pasar una noche fuera, que viven de la recogida y venta de chatarra y que «no hacemos mal a nadie». Sobre la acumulación de basura y la insalubridad de la casa no quisieron hablar, pero a la pregunta de si los niños iban al colegio respondieron que sí, pese a que a las 9.30 de la mañana de ayer aún estaban en la casa. «Llevamos cuatro años en Sevilla, aunque no siempre hemos vivido aquí. Esta casa estaba vacía. No hemos tenido problemas con los vecinos», se limitaban a decir estas personas momentos después de tener que salir del número 62 de Beatriz de Suabia atónitos ante el fortísimo dispositivo policial.

  • 1