La investigación de la muerte de Ousmane Kote, apuñalado en Roquetas de Mar el pasado sábado, ha quedado bajo secreto de sumario mientras la barriada de las 200 Viviendas empieza a recuperar la normalidad, todavía con un amplio dispositivo policial para garantizar la seguridad.
El Juzgado de Instrucción número 1 de Roquetas de Mar (Almería) dictó ayer el ingreso en prisión de uno de los subsaharianos que participaron en los disturbios registrados en el barrio de las 200 Viviendas, mientras que siete implicados quedaron en libertad con cargos.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) informaron a Efe de que los ocho detenidos desde el fin de semana por alteración del orden público y por delitos de atentado y resistencia grave a la autoridad prestaron declaración ante la jueza titular del Juzgado 1 de la localidad hasta pasadas las cuatro de la tarde. Tras la toma de testimonios, que se dilató por problemas con alguno de los letrados de la defensa, la titular del juzgado dictó un auto de ingreso en prisión para uno de los implicados en los disturbios, cuya identidad no fue facilitada, mientras que dejó en libertad con cargos a los otros siete.
Para todos ellos se impusieron medidas cautelares con las que se pretende garantizar su presencia en el proceso judicial abierto. Estas consisten en la prohibición de abandonar el país, la retirada del pasaporte o la obligación de personarse ante la autoridad judicial cada quince días, han detallado las fuentes.
Los ocho implicados en los incidentes que declararon ante la autoridad judicial, cuyas edades oscilan entre los 19 y los 37 años, son A.C., P.C., S.D. y S.B., todos ellos de Guinea Bissau; B.O., natural de Nigeria; E.F., de Sudán y, finalmente, dos senegaleses identificados como I.D. y A.B.
Sin incidentes. La madrugada del lunes al martes, en la que hubo un amplio despliegue policial en la barriada, fue la primera sin incidentes desde el asesinato de Ousmane Kote. El Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil detuvo ayer a otros dos jóvenes de origen africano acusados respectivamente de desorden público y de agresión a un agente, aunque tanto la Subdelegación como la Guardia Civil aseguraron que la madrugada fue tranquila.
Sobre las nueve de la noche del lunes, los más de cien efectivos del GRS desplegados en la zona, con la ayuda del helicóptero, dispersaron a los vecinos que estaban las calles para evitar cualquier tipo de altercado y garantizar la seguridad en las 200 viviendas, un dispositivo que, según el subdelegado del Gobierno, Miguel Corpas, se mantendrá hasta que el municipio recupere su "convivencia habitual".
