La Policía Nacional detuvo el martes a J.R.Y., alias El Picola, por el presunto robo con fuerza de cinco naves industriales en Fuente del Rey. El sospechoso había sido detenido en ocho ocasiones anteriores por delitos similares. En sus últimos hurtos sustrajo objetos por valor de unos 30.000 euros que vendía con celeridad para comprar droga.
El sospechoso, de 38 años, vive en la misma barriada de Fuente del Rey. Según fuentes policiales, su modus operandi es siempre el mismo: hace butrones (agujeros desde el exterior para acceder al interior de un local) con un objeto contundente en la pared, rompe la puerta o la reja y, con una carretilla, sustrae todo tipo de material de oficina, ordenadores y herramientas. Además, en el último golpe se llevó 10 cajas que contenían varias garrafas de aceite de oliva.
Los agentes continúan realizando gestiones por si el sospechoso estuviera relacionado con algún otro robo. Las investigaciones de la Policía han podido demostrar que el presunto ladrón trabaja siempre en las zonas de Fuente del Rey, Los Merinales y otras urbanizaciones cercanas, todos éstos territorios que están cerca de su casa o el almacén donde suele guardar los objetos robados.
Este delincuente reincidente ha sido detenido gracias a la colaboración de dos vecinos de la barriada nazarena de Fuente del Rey, que se prestaron a identificarlo y a declarar que lo habían visto con su habitual carretilla en los lugares donde se produjeron los hurtos.
Aunque el caso revelaba más testigos, el miedo a las represalias por parte del acusado ha sido uno de los motivos por el que otros ciudadanos no han querido prestar declaración.
Los vecinos de la zona conocen muy bien al delincuente y saben perfectamente cuándo y a qué horas se dispone a realizar sus faenas, según comentan algunos residentes de Fuente del Rey, que se negaron a que se publicaran sus nombres.
Le conocen por el apodo de El Picola por su capacidad y rapidez para hacer agujeros en la pared en cuestión de minutos. El botín de los robos suele tener fácil salida en el mercado clandestino y el sospechoso también los vende con celeridad para conseguir dinero en efectivo debido a su elevada adicción a las drogas.
Además, aunque se le ha detenido en ocho ocasiones los últimos meses -ésta es la novena-, la Policía asegura que el sujeto lleva entrando y saliendo de los juzgados desde 1999, siempre encausado con los mismos delitos y en todos los casos quedando en libertad con cargos -ayer mismo salió del juzgado-, una pauta habitual en los robos con fuerza, por lo que probablemente no sea procesado hasta dentro de seis meses.
Por esta razón la comisaría de Dos Hermanas ya está en alerta de nuevo, puesto que sospechan que J.R.Y. se verá obligado a delinquir dentro de pocos días por su adicción.
La comisaría de Policía afirmó que el juez instructor, al que derivaron el caso, recibió pruebas "bastante evidentes" de que el sospechoso había participado en al menos cuatro de los cinco robos denunciados. "El quinto puede deducirse por el modus operandi, que es el mismo", agregaron.
