Parecía que la tensión política iba a protagonizar los primeros pasos del nuevo CGPJ, pero finalmente las aguas volvieron a su cauce. Ayer, los flamantes vocales eligieron por unanimidad a Carlos Dívar para presidir el órgano, por ser el candidato idóneo para generar consenso. Mientras tanto, el Constitucional vuelve a enquistarse.
La votación del presidente en el primer pleno del nuevo Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) fue objeto de un "amplio debate" en el que intervinieron todos los vocales. No obstante, finalmente hubo unanimidad. Los nuevos vocales fueron recibidos a su llegada por la mayoría de sus antecesores y permanecieron reunidos durante casi tres horas, tras las que redactaron una declaración institucional sobre Dívar, candidato propuesto por el Gobierno para ocupar dicho puesto y que hasta ahora presidía la Audiencia Nacional.
Esta declaración fue leída por el vocal y ex presidente de la Audiencia Provincial de Sevilla, Miguel Carmona, en su condición de presidente en funciones del órgano de gobierno de los jueces por ser el consejero de más edad. En ella los vocales destacaron que su decisión se basa en los méritos y cualidades que concurren en Dívar, especialmente su condición de jurista de Estado y su idoneidad para presidir el Tribunal Supremo y el órgano de gobierno del Poder Judicial para que éstos "tengan la eficacia y gocen del prestigio y de la credibilidad necesarios entre los ciudadanos". Asimismo, resaltaron la capacidad de diálogo y la trayectoria profesional "impecable" de Dívar durante sus casi 40 años de ejercicio, caracterizados por su "independencia, prudencia, discreción y preparación técnica", entre otros muchos elogios.
Su actitud abierta y dialogante, su respeto, ecuanimidad, sosiego en el ejercicio de la jurisdicción y la calidad y motivación de sus decisiones, así como la defensa de la independencia judicial son otras de las cualidades expuestas en la declaración. Con ella, el CGPJ eliminaba todo rastro de discrepancia sobre el nombramiento del presidente, que en un principio había provocado el malestar entre los vocales progresistas por el perfil católico y conservador del candidato del Gobierno.
Constitucional. Mientras se disuelve el lío del CGPJ, la renovación del Tribunal Constitucional (TC) ha vuelto a enquistarse. El PP sigue con su estrategia de proponer en todos los parlamentos regionales en los que tiene representación al ex portavoz del CGPJ Enrique López y a su ex presidente Francisco José Hernando para ocupar un puesto en el TC.
Tanto Hernando como López son dos nombres que incomodan al PSOE y que posiblemente forzarán a los socialistas a vetarlos. "Es bueno afinar el perfil de los candidatos, hay que tener en cuenta la trayectoria de cada cual", señaló el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo. "El temor a que se bloquee el Constitucional siempre existe", porque ya ha habido bloqueos anteriormente que, según Bermejo, se han debido a la actitud del PP.
De producirse el veto del PSOE, la renovación del tribunal tendrá que ser postergada y algunos asuntos pendientes como el recurso de anticonstitucionalidad presentado por el PP contra el Estatuto de Cataluña lo resolverían los actuales miembros. Pese a reconocer las dificultades, Bermejo se mostró esperanzado en llegar a un acuerdo. "Eran dos órganos y queda uno, el impulso debe seguir porque hay un buen entendimiento entre los dos partidos", dijo el titular de Justicia. Bermejo subrayó la "complicación añadida" que supondrá para la renovación del Constitucional la proposición por parte del PP de los mismos candidatos en todas sus comunidades autónomas. López y Hernando ya han sido ratificados en dos regiones cada uno.
