Cultura

Divertimento de Dioses

La compañía Malaje Solo se mete al público en el bolsillo con una disparatada comedia en el Teatro Romano de Itálica.

el 31 ago 2013 / 17:19 h.

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Teatro Romano de Itálica (Santiponce). Del 29 al 31 de agosto. Compañía: Malaje Solo. Dirección: Síndrome Clown. Guión: Antonio Blanco Espinosa. Intérpretes: José Antonio Aguilar y Antonio Blanco. Calificación: *** Platóteles y Aristón son dos cómicos mortales que aspiran a formar parte del Olimpo, y para ello deciden reírse de los dioses que lo habitan. Es lo que nos propone esta obra, fruto de la colaboración entre dos compañías sevillanas de reconocida trayectoria: Malaje Solo, que lleva el peso de la dramaturgia y la interpretación y Síndrome Clow, que ha dirigido el montaje. malaje-soloEsta conjunción determina una especie de género intermedio entre el humor del clown y el humor del absurdo que caracteriza el estilo de Malaje Solo, basado en contener el verbo para primar el gesto y la onomatopeya. En esta obra, no obstante, nos encontramos con una dramaturgia repleta de recursos payasescos al servicio de una historia disparatada, a caballo entre el humor blanco y la burla, salpicada con una gotitas de ambrosía en forma de chiste verde y algún que otro comentario sarcástico y mordaz sobre algunos aspectos de nuestra realidad social. Aunque lo que más destaca es que José Antonio Aguilar y Antonio Blanco, Platóteles y Aristón completan la dramaturgia con la participación del público hasta conseguir hacer del Teatro Romano un espacio cercano, casi hogareño, a pesar de que sus piedras milenarias nos envuelven con su halo de misticismo y su carga ancestral. Claro que eso es justo lo que estos magistrales cómicos necesitan para hacer los honores al espíritu transgresor de su oficio y potenciar su natural irreverencia mediante un atrevido uso del espacio monumental. Así, se atreven a situar la escenografía, tan sencilla como eficaz, bajo el escenario y emplazan allí a algunos espectadores que no tienen más remedio que asumir el papel de los dioses (en una imaginaria zona VIP). Por otra parte, completan su ejercicio de transgresión rodeando de piedras falsas y objetos cotidianos las piedras originales de la fila cero, que nos recuerdan el carácter egregio de este singular teatro. La puesta en escena y el carácter fragmentario de la dramaturgia determinan un ritmo un tanto irregular que se salva gracias al desparpajo, la frescura, y el dominio de la interacción con el público que derrochan ambos actores, así como la capacidad de José Antonio Aguilar para desatar la risa del público con un trabajo actoral tan contenido como expresivo, una auténtica lección de interpretación gestual.

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