Cultura

¿Dónde está el sentido común?

el 23 may 2014 / 21:59 h.

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Hace solo unos meses el mundo de la música contempló estupefacto como un puñado de políticos asestó un golpe mortal al director del madrileño Teatro Real, Gerard Mortier, enfermo de cáncer; poniéndole la zancadilla para echarle de su despacho. El gran renovador de la ópera en el siglo XX murió. Luego los mismos que lo arrojaron por la puerta de atrás hipócritamente le condecoraron y hasta le pusieron a un salón el nombre del belga.

El mundo de la música (clásica) es difícil y, en ocasiones, cruel. Desde fuera puede no entenderse que mueva pasiones casi tan desatadas como el fútbol. Pasiones con corbata, eso sí. Si el actual director del Maestranza y la ROSS, Pedro Halffter, tiene que marcharse, debería hacerlo llevándose el mayor reconocimiento del público y de las administraciones. Y regresar como invitado en el futuro. Tras los desmanes cometidos por irregulares predecesores, Klaus Weise y Alain Lombard (algo bueno hicieron sí, pero no lo suficiente), Halffter ha conseguido llevar al coliseo y a la Sinfónica a una situación artística sobresaliente; algo reconocido unánimemente.

El proyecto de Halffter no está acabado. Lo marchitó algo la crisis, sesgando su capacidad de expansión hacia nuevos repertorios. Desde el punto de vista de la gestión, esta también nos parece ejemplarmente pulcra. Pero, en todo caso, de marchar definitivamente el director madrileño, por expreso deseo o por no poder asumir la ciudad su coste, debería cundir el sentido común. Y este nos dicta que, dado que la temporada 2014-2015 ya está enteramente programada, debería plantearse un curso de transición en el que ir dando paso paulatinamente a directores candidatos.

Sorprende que el PSOE, otras veces tan acertado en materia cultural, esté dando palos de ciego en este asunto, enarbolando la bandera del desconocimiento y el populismo («Las orquestas son caras, Halffter es caro»). Y congratula conocer el juicioso posicionamiento del PP en el Ayuntamiento. Sucesores competentes para Halffter haylos, y en este periódico hemos apuntado los nombres de algunos que ya han dirigido y conocen bien la ROSS. Pero el prestigio del, en términos políticos, «buque insignia de la cultura andaluza» no puede recaer sobre el primero que pasaba por allí.

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